El gobernador de California Jerry Brown hace poco levantó el estado de emergencia que había convocado debido a una sequía de proporciones históricas. El milagro fue impulsado por un récord de lluvias a principios de este año. Si no me creen, miren estas imágenes de antes de la sequía y compáralas con su estado actualmente.
El marcado contraste entre la sequía de 2014 y la actualidad de 2017 se puede ver en los puertos. Antes parecían desiertos pero ahora son marinas exuberantes. Ríos que se habían reducido a un goteo ahora llenan los valles otra vez. Hasta los campos de hierba seca se han convertido en colinas verdes majestuosas. Además, el riesgo de incendios forestales ha bajado. Esto también significa que los californianos no tienen que preocuparse tanto sobre su consumo de agua.
Sin embargo, las buenas condiciones de abril no significan que California se haya librado del riesgo de una futura sequía. Como ha señalado Wired anteriormente, la precipitación en el estado puede fluctuar en un 50 por ciento anualmente. Los efectos del cambio climático pueden agravar estas fluctuaciones. Dicho esto, disfruten el agua mientras puedan, californianos. Dios sabe que la administración de Trump no está interesada en hacer nada sobre el cambio climático.