
En abril de 2027 comenzará el viaje de la misión Dragonfly, una visita no tripulada a Titán, la luna más grande de Saturno. Un nuevo estudio publicado en Planetary Science Journal detalla el lugar exacto donde aterrizará la nave Dragonfly. Se trata del campo de dunas de Sangri-La, junto al cráter Selk.
El estudio propone seis lugares diferentes en los que aterrizar, pero todos están en esa región situada en el ecuador de Titán, que es una de las más secas del satélite. Tiene sentido teniendo en cuenta que buena parte de Titán está cubierta de lagos de hidrocarburos en estado líquido que, aunque de poca profundidad, no son precisamente el mejor lugar donde aterrizar.
“La Dragonfly aterizará en la región ecuatorial seca de Titán, un mundo helado de hidrocarburos con una densa atmósfera”, explica el científico planetario Léa Bonnefoy, de la Universidad Cornell en Nueva York y uno de los autores del estudio. “A veces llueve metano, pero por lo general Titán es un desierto similar a los que conocemos en la Tierra, con dunas, algunas montañas pequeñas y un cráter de impacto. Ahora mismo estamos estudiando la estructura y orografía de la zona.”

Conocemos la superficie de Titán por sondas como la Cassini, pero las cámaras y radares de esta nave solo tenían una precisión de alrededor de 300 metros por pixel, lo que aún deja mucho margen a la exploración previa de la región donde aterrizará la Dragonfly. La nave se asemeja a un cuadricóptero de los que pilotamos en la Tierra, solo que mucho más grande. Su peso estimado será de 450 kilos y contará con ocho rotores que, una vez desplegados, tendrán un diámetro de alrededor de un metro cada uno.

La Dragonfly será capaz de alcanzar una velocidad máxima de 36 kilómetros por hora. La idea es que la aeronave vaya viajando cada vez más y más lejos de su punto de aterrizaje para explorar Sangri-La en detalle. Sus sensores no solo servirán para cartografiar mejor la región o ver por fin el ambiente de Titán. Además jugará un papel crucial en el estudio del entorno basado en hidrocarburos del satélite y su posible importancia para el desarrollo de la vida.
Para todo eso aún queda bastante. Si todo va según lo previsto, la Dragonfly despegará en 2027, pero no llegará a Titan hasta 2034. [vía Science Alert]