En una demostración de poder sin precedentes, Apple decidió retirar a Facebook y Google sus certificados de desarrolladores de empresa, dejando inutilizadas las aplicaciones para iOS de las que dependían decenas de miles de empleados. Las aplicaciones han vuelto ya a la normalidad, pero los empleados experimentaron algo parecido a un episodio de Black Mirror.
En 2016, el equipo de Onavo —una empresa que Facebook había adquirido tres años atrás— creó una aplicación llamada Facebook Research que registraba la actividad del usuario. Después pagó a personas de entre 13 y 35 años para instalarla en sus teléfonos, y monitorizó su actividad en Internet.
Cuando Facebook no pudo mantener su aplicación espía en la App Store, empezó a distribuirla como una app de empresa (que no requiere de la revisión de Apple). Este método está pensado para empleados, y obliga al usuario a instalar un certificado o perfil especial en su iPhone. Apple prohíbe expresamente la distribución pública de aplicaciones empresariales.
TechCrunch desveló lo que estaba pasando y Apple decidió retirar a Facebook su certificado de desarrollador de aplicaciones empresariales. Esto hizo que todas las aplicaciones de uso interno de Facebook dejaran de funcionar en iOS, desde versiones de prueba de Instagram y WhatsApp hasta servicios exclusivos para sus empleados. Según el New York Times:
Sus calendarios no funcionaban. Tampoco los mapas del campus que ayudaban a los empleados a encontrar a sus compañeros de trabajo. No podían consultar el último horario de los autobuses de Facebook. Y no podían ver lo que servían las cafeterías de la compañía para el almuerzo.
Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, dijo que Facebook “quiere estar en total conformidad con todos nuestros socios”, pero agregó que Facebook Research operaba con el consentimiento de sus usuarios.
Apple acabó restaurando el certificado tras comprobar, suponemos, que ninguna otra app violase sus términos; pero durante 24 horas reinó el caos en las oficinas de Facebook. Versiones de Workplace y Messenger que se usan como herramientas de comunicación interna dejaron de funcionar, frustrando a miles de empleados y generando un agujero de productividad:
Tras la revocación de Apple, los empleados de Facebook quedaron enfurecidos con el equipo de Onavo. Algunos dijeron que tendrían que esperar semanas para que se aprobaran las actualizaciones o los cambios de sus aplicaciones a través de la App Store. Varios empleados de la división de hardware de Facebook dijeron que estaban considerando dejar la compañía porque no podían terminar ningún trabajo.
Pero sobre todo, se tensaron aún más las relaciones entre Apple y Facebook. La gigantesca maquinaria de marketing de Apple lleva varios meses usando la privacidad como señuelo para atraer a los consumidores a su marca, y eso convierte a Facebook en uno de sus principales antagonistas.
A mediados de enero, Tim Cook propuso un sistema para que los usuarios sepamos quiénes tienen nuestros datos y qué están haciendo con ellos. A principios de ese mes, la compañía dio la bienvenida a los asistentes del CES de Las Vegas con un enorme anuncio del tamaño de la fachada de un edificio que decía: “Lo que pasa en tu iPhone se queda en tu iPhone”.
Sin embargo, Facebook no es la única compañía que saca rédito a los datos personales del usuario. Cuando Apple retiró al gigante de las redes sociales su capacidad para distribuir aplicaciones empresariales de iOS, Google hizo el ridículo eliminando una web (ahora disponible en Web Archive) donde explicaba públicamente como instalar la aplicación Screenwise Meter a través del programa especial para desarrolladores de empresa de Apple.
Screenwise Meter es el Facebook Research de Google, una aplicación diseñada para monitorizar la actividad del usuario en su iPhone. Como no podía estar en la App Store, se distribuía públicamente como app de empresa y se firmaba con el certificado de desarrollador de Google.
Según The Verge, Apple retiró el certificado de Google incluso después de que la compañía desactivara Screenwise Meter y borrara las instrucciones para instalar la aplicación. Las aplicaciones para empleados de Google dejaron de funcionar. Versiones de prueba de Google Maps, Hangouts y Gmail simplemente dejaron de abrirse. Los googlers no pudieron revisar los horarios del autobús en Gbus ni el menú de la cafetería en otra app interna.
Un portavoz de Google dijo a Gizmodo ayer que estaban “trabajando con Apple para solucionar la interrupción temporal de algunas de nuestras aplicaciones corporativas de iOS, que esperamos que se resuelva pronto”. Las aplicaciones ya están funcionando con normalidad de nuevo, pero el daño está hecho. Facebook es la red social más grande del mundo. Google es la mayor empresa de servicios de tecnología que existe. Pero Apple controla la distribución de sus aplicaciones en iOS. Apple tiene todo el poder en su famoso “ecosistema cerrado”. Ahora las cartas están sobre la mesa.