Tecnología, ciencia y cultura digital
We may earn a commission from links on this page

Estos chimpancés haciendo la conga podrían enseñarnos por qué los humanos comenzaron a bailar

By
We may earn a commission from links on this page.
Imagen para el artículo titulado Estos chimpancés haciendo la conga podrían enseñarnos por qué los humanos comenzaron a bailar

Unos chimpancés haciendo la conga espontáneamente podrían decirnos algunas cosas sobre cómo los humanos comenzaron a bailar por primera vez, según los científicos detrás de este nuevo estudio.

Durante años, los visitantes del zoo de Saint Louis habían asistido perplejos ante la extraña relación que había entre dos chimpancés hembras especialmente unidas llamadas Holly y Bahkahri: Caminaban y se balanceaban de un lado a otro perfectamente sincronizadas, generalmente cada una con una manta debajo suyo, casi como si estuviesen haciendo una especie de conga rudimentaria.

En un nuevo estudio publicado el pasado jueves en Scientific Reports, unos investigadores europeos indicaban que hay pruebas que sugieren que esta rutina de los chimpancés no fue por accidente ni el producto del entrenamiento de un humano. E incluso argumentan que este descubrimiento podría ayudar a establecer una nueva teoría sobre cómo los humanos empezaron por primera vez a bailar.

Los investigadores estudiaron más de una docena de vídeos de YouTube de la pareja de chimpancés haciendo esa especie de conga, grabados entre 2011 y 2015. Al crear un modelo de sus movimientos, concluyeron que el “baile” era un ritual que habían establecido entre ambos chimpancés.

Advertisement

Los chimpancés, escribieron, “exhibían unos andares regulares y sincronizados, demostrando que mantenían un ritmo articular. Cada vez que un individuo aceleraba o ralentizaba su ritmo, su pareja lo igualaba”.

También es poco probable que los dos hayan sido entrenados por sus cuidadores para llevar a cabo estos movimientos, dado que la costumbre de entrenar chimpancés por diversión había sido eliminada por el zoo de St. Louis en la década de 1980. Tampoco es probable que hayan imitado ese complejo comportamiento observando a los humanos, dijeron los autores.

Ilustración: Lameira, et al (Scientific Reports)
Ilustración: Lameira, et al (Scientific Reports)

Aunque en otras ocasiones se ha visto a otros animales moviendo sus cuerpos rítmicamente en respuesta a ciertos sonidos o a otro miembro de su especie como hacen los humanos, esta parece ser la primera vez que se demuestra que, otros animales además de nosotros, muestran este tipo de comportamiento de forma espontánea, sin ningún tipo de tipo de estímulo externo como la música, según los autores.

Advertisement

En este caso, es probable que el baile surgiera como una forma de relacionarse entre ambos chimpancés. Aunque finalmente fueron aceptados en el grupo de simios del zoológico, ambos chimpancés no tuvieron una madre o un ambiente apropiado al principio de sus vidas, una situación que obviamente puede afectar de forma drástica tanto a los humanos como a los primates. Al tener esa estrecha relación, esa especie de balanceo sincronizado podría haber servido para aliviar el estrés de esos animales, de la misma forma que un bebé se chupa el pulgar.

De hecho, el zoológico de Saint Louis lo ha reconocido. La directora de relaciones públicas del zoológico, Susan Gallagher, dijo a KSDK en 2017 que los dos chimpancés llevan “bailando” así desde la infancia.

Advertisement

“De adultos, Holly y Bakhari socializan con todos los demás miembros de su grupo y se comportan como los chimpancés que son”, dijo, “pero todavía hay momentos en que los se buscan el uno al otro”

Pero el propio hecho de que los chimpancés tengan la capacidad de adoptar este comportamiento, argumentan los autores del estudio, es razón suficiente para sospechar que los orígenes de la danza en los seres humanos podrían haber sido un largo proceso que ni siquiera podría haber incluido música en un primer momento. Y quizás, al igual que ocurre con Holly y Bahkahri, tal vez fue un comportamiento practicado en situaciones de estrés por grupos de protohumanos muy unidos.

Advertisement

Por supuesto, hay muchas cosas que podemos inferir sobre nuestra propia evolución al observar a nuestros parientes cautivos. Así que todavía queda mucho por estudiar antes de saber con certeza cómo y por qué aprendimos a bailar.