
The Rise of Skywalker, el noveno episodio de la saga principal de Star Wars, ya está aquí. Se trata no solo del final de la trilogía que comenzó en The Force Awakens, sino también del fin de la historia de los Skywalker, de la saga que comenzó con Anakin y Luke. Si ya has visto la película, es hora de que hablemos de ella sin tapujos, sin medirnos, con spoilers. Porque hay mucho para digerir y analizar. Para reír, para celebrar y para sentirse molesto.
Advertencia: continúa leyendo solo si ya has visto The Rise of Skywalker, porque entrarás en territorio de spoilers. Eso incluye los comentarios. Y que la Fuerza te acompañe.

Último aviso, si no has visto la película espera un poco antes de leer a continuación.

En Gizmodo en Español hemos publicado dos puntos de vista al respecto de la película, que quizás sea la más esperada del año. Uno de estos puntos de vista la clasifica como “decepcionante”, el otro es más optimista y se centra en lo que el film hace bien. Pero ahora es momento de debatir sin censura, sin miedo a los spoilers, desglosando lo que para cada uno hizo bien e hizo mal el film y su trama. Permítanme ser el primero.
Lamentablemente, es imposible hablar de The Rise of Skywalker sin antes mencionar las entregas anteriores de la saga, en especial The Last Jedi. Y es que la película pareciera que la hubiera hecho alguien que simplemente quería “corregir” algunos de los “fallos” de la entrega anterior, o mejor dicho, solucionar las quejas que grupos de fans intensos tuvieron con el film anterior.
- “¡Rey no ha entrenado lo suficiente para ser fuerte!” – Pues la ponemos a ser entrenada por Leia.
- “¡Leia no sabe usar la Fuerza, no puede sobrevivir así a ese ataque a su nave!” – Pues revelamos que en realidad entrenó junto a Luke como toda una Jedi, con su propio sable de luz, y abandonó ser Jedi porque... ¿porque sí?
- “¡Snoke tenía que ser más importante, no podía simplemente morir así, necesitamos saber quién era!” – Pues revelamos que era un... ¿clon? Y claro, lo hizo Palpatine.
- “¿Dónde están los Caballeros de Ren?” – Pues los incluímos, aunque sea para aparecer menos de un minuto y ser completamente irrelevantes.
- “Los Porgs son una mierda, los Ewoks son mejores!” – Pues los metemos a ambos. Da igual, ambos dan vergüenza ajena.
Y así podría seguir un largo rato más.
Personalmente, antes de que me llamen “fan” de The Last Jedi, lamento decirles que no. Creo que Episodio VIII tiene un montón de escenas que sobran, como por ejemplo toda la secuencia del bendito casino espacial. O también, la reducción de Poe Dameron de ser el mejor piloto de la Resistencia a un quejica que no quiere hacerle caso a sus superiores, y cuyas ideas son tan malas que, junto a Finn y a Rose (un personaje que, de hecho, dejaron de lado por completo en Episodio IX), terminó llevando a la muerte de muchas personas de su bando.
Pero aún así reconozco los puntos buenos de The Last Jedi, y aplaudo que el director Rian Johnson quisiera democratizar la Fuerza. Que no fuera necesario tener sangre especial para ser poderoso. Que cualquiera pudiera serlo. Por eso la idea de que los padres de Rey fueran don nadies era tan buena, y por eso la escena del niño y la escoba al final de la película era tan especial. Cualquiera puede ser un Jedi, cualquiera puede ser un héroe (o villano, por supuesto). No necesitas ser de una élite.

Pero ahora J.J. Abrams ha querido mandar a la mierda esa idea y ha hecho a Rey una Palpatine. ¡Una Palpatine! Habría sido menos ridículo que se sacaran de la manga que fuera apellido Kenobi, o qué se yo, una clon de Padmé Amidala. Cuando Kylo Ren le dice a Rey que su abuelo es el Emperador Palpatine dejé escapar un “¡PFFFF!” involuntario que se escuchó en media sala de cine. Para mi, esa escena junto con el beso, ese maldito beso al final de la película, fue lo más indignante que le han hecho a Star Wars en esta trilogía. Sí, más que “matar” a Luke en The Last Jedi. Una muerte que, por cierto, fue realmente épica y demostró todo su poder en la Fuerza.
No puedo negar que The Rise of Skywalker es un espectáculo visual impresionante, lleno de algunas de las mejores escenas de acción espacial de toda la saga, y el combate de sables de luz entre Kylo Ren y Rey fue épico. Además, aunque las primeras imágenes del Palpatine versión The Walking Dead fueron cliché y el hecho de que su regreso no haya sido explicado (simplemente nos dijeron que revivió porque sí, porque los Sith son malotes y hacen cosas raras), todo el resto de las escenas del Emperador fueron sublimes. El actor Ian McDiarmid es el Emperador Palpatine, la representación más viva del mal en el universo de Star Wars, y el momento en el que dispara sus rayos al cielo y empieza a acabar con toda una flota él solo fue ridículamente emocionante.
Para mi, eso es The Rise of Skywalker: un espectáculo visual, con mucha acción y guiños a los fans de toda la vida, pero que al mismo tiempo cuenta con una trama lamentable, llena de explicaciones cliché, justificaciones basura y una conclusión mediocre a una historia que lleva más de 40 años cocinándose.
Al menos el final de Leia fue digno. Morir intentando contactar una última vez a su hijo, justo en el momento que podría haber matado a Rey, fue su última acción heroica. Y por último, C-3PO fue un tesoro en toda la película.
¿Qué opinas de The Rise of Skywalker? ¿Decepcionado? ¿Feliz? Te invito a compartir tu opinión en los comentarios.