Resultaba muy fantástico que los misteriosos círculos sin vegetación que se formaban en la región de Namibia fueran causados por unas hadas que bailaban en la noche. A falta de una teoría científica esta versión se mantuvo durante siglos. Ahora parece que por fin hay conformidad sobre la causa real.
La solución: los científicos dicen que los círculos muestran plantas que se posicionan para aprovechar al máximo los recursos hídricos disponibles. Dicho de otra forma, todo tiene que ver con la búsqueda de lo que las mantendrá vivas. Y si te suena es porque la hipótesis no es nueva, se presentó por primera vez en 2014, y ahora los científicos tienen más pruebas con las que apoyar la base científica detrás de este fenómeno extraño.
Cuando hablamos de ellos nos referimos a unos círculos de hasta 34 metros de tamaño y a menudo rodeados por anillos de vegetación. El año pasado también hablamos de ello. Las primeras pruebas que sugerían esta teoría aparecieron en el 2014, cuando se descubrieron fuera de Namibia y las encontraron en el oeste de Australia.
Bajo el escenario australiano se descartaron dos de las tres teorías probables: los químicos tóxicos y las termitas. Quedó la más plausible: las formaciones son una respuesta natural debido a la falta del agua. En aquel entonces los investigadores tomaron medidas detalladas de las tasas de infiltración de agua, la humedad del suelo, la biometría del terreno y la distribución del tamaño del grano de los sedimentos de múltiples círculos y los espacios que había entre ellos.
¿Qué encontraron? Tasas de infiltración de agua mucho más rápidas dentro de los círculos, ayudadas por tamaños más gruesos de partículas del suelo y raíces de césped que eran mucho más grandes en el interior del círculo. Según explican los investigadores ahora:
Eso significa que la hierba pone sus raíces en el lado interior del anillo, compitiendo por el agua. Cuando llueve, el agua fluye hasta el borde de los círculos, donde las raíces del césped pueden tomar el agua para su uso.
Los científicos piensan que estos parches desnudos están actuando como depósitos, percolando más agua que la hierba alrededor de los bordes a la que puede acceder. Es entonces cuando la vegetación se distribuye de forma natural en una forma circular alrededor de estos depósitos.
El estudio reciente también ha vuelto a tirar por tierra la teoría de las termitas. Los círculos analizados carecían de signos de actividad de las mismas. Por tanto, los investigadores aseguran que las evidencias indican claramente que el agua es el factor clave en las formaciones.
Resuelto el misterio queda un último dato por conocerse. Los círculos aún guardan un secreto sin respuesta: cómo demonios se forman esos patrones regulares, esos círculos casi perfectos. [Journal of Geophysical Research: Biogeosciences vía ScienceAlert]