No es la foto más enfocada del mundo, pero marca un auténtico hito desde el punto de vista de la obtención de imágenes médicas. Sobre estas líneas podéis ver la primera foto única que el ser humano logra sacarle a una proteína simple. La clave para ello ha sido un portaobjetos de grafeno.
Hace ya tiempo que hemos sido capaces de obtener la imagen de un simple átomo y hasta de la órbita e un electrón, pero las proteínas son harina de otro costal. Para empezar, la luz necesaria para obtener una foto de una proteína suele ser tanta que la destruye en el proceso. Para evitar eso, los científicos suelen tomar millones de fotos de las moléculas que componen la proteína, pero las moléculas no son algo que se quede muy quieto precisamente, así que el resultado suele ser un batiburrillo de imágenes.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Zurich ha logrado superar ambos inconvenientes mediante una elegante solución: utilizar una lámina de grafeno como portaobjetos en lugar de la clásica placa de cristal. El grafeno retiene las moléculas que forman la proteína en su lugar. Al mismo tiempo, su grosor permite usar una retroiluminación tan suave que no destruye la proteína.
Gracias a la nueva técnica, el equipo de Zurich ya ha logrado tomar imágenes de diferentes proteínas. Su próximo objetivo es aplicar el procedimiento a otras moléculas especialmente difíciles de fotografiar. Ello nos permitirá aprender aún más sobre sus funciones y estructura. [arXiv vía New Scientist]
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