La NASA paralizará una semana más el desarrollo de la Starship HLS (el módulo de aterrizaje elegido para sus próximas misiones a la Luna) porque el Departamento de Justicia de Estados Unidos está teniendo problemas para gestionar los documentos de la demanda contra Blue Origin.
El pasado 16 de abril, la NASA eligió a SpaceX para desarrollar, fabricar y operar dos vuelos de una nave Starship adaptada para aterrizar en la Luna. Blue Origin y Dynetics, los dos competidores de SpaceX en la caza de este contrato público, protestaron a la Oficina de Responsabilidad del Gobierno por la decisión de elegir a un único contratista, pero esta fue ratificada.
Lejos de conformarse, Blue Origin, la empresa aeroespacial de Jeff Bezos, ha presentado una demanda contra el Gobierno de Estados Unidos ante la Corte Federal de Reclamaciones que ha vuelto a provocar la suspensión del contrato HLS (Human Landing System) entre la NASA y SpaceX hasta noviembre.
Lo que quizá nadie esperaba era que el juez federal suspendiera a su vez la demanda de Blue Origin por una serie de problemas técnicos con los documentos presentados para el caso. Hay más de 7 GB de datos cuando el sistema de la Corte Federal de Reclamaciones solo admite archivos de 50 MB.
Según Mashable, los fiscales del Departamento de Justicia intentaron convertir cientos de documentos separados en PDFs individuales de 50 MB, pero esos archivos grandes acababan bloqueando el sistema igualmente. Al final, los funcionarios decidieron abandonar por completo la carga en el sistema y grabar los documentos en DVDs. No obstante, el proceso ha obligado al juez a otorgar una extensión de una semana al Departamento de Justicia.
El contrato de la Starship HLS es de 2900 millones de dólares, la mitad de lo que Blue Origin pedía a la NASA por su aterrizador lunar.