Ocurrió el 23 de marzo de 1976, el mismo año que el avión supersónico Concorde hacía su aparición, un barrio de Tokio veía como una ráfaga de apenas unos segundos penetraba directamente sobre la mansión del todopoderoso Yoshio Kodama. Nadie podía imaginarse lo que acababa de ocurrir.
Si uno acudiera hoy a la zona, la extensa mansión de Kodama ha desaparecido, la estructura fue reemplazada por un bloque de apartamentos y un complejo con todo tipo de lujos. Es más, en la zona no hay ni un solo monumento dedicado al incidente, aunque cuatro décadas después, sigue siendo una historia digna de película, y una de las más extrañas de la historia de la aviación.
Lo que en un primer momento se pensó que era una explosión, quizás algún tipo de bomba dado el personaje que vivía en la mansión, a las pocas horas se confirmaba: alguien había irrumpido sobre la vivienda con un avión. Un ataque kamikaze, el primero en Japón en tres décadas desde que acabara la guerra.
Eso explicaba el tremendo olor a combustible que impregnó la atmósfera de las calles en los alrededores. Cuanto más se sabía sobre la historia, más extraña parecía. El kamikaze que iba en el interior del avión (un Piper Cherokee) se identificó como Mitsuyasu Maeno. Tampoco era un tipo normal, Maeno era conocido en los circuitos del porno, una estrella que, por alguna razón desconocida, quería acabar con uno de los grandes nombres vinculados al crimen organizado en Japón.
Con la investigación avanzada, la policía supo que hubo una transmisión de radio final antes de que Maeno se estrellara. Al parecer, el hombre gritó unos segundos antes: “¡Larga vida al emperador! ¡Banzai!” Si bien esto tenía poco sentido dado el momento de la historia y el personaje en sí, sin duda era una pista.
El actor contaba con 29 años en el momento del ataque. La trazada del aparato lo llevó hasta el segundo piso de la mansión de Kodama, causando un incendio, matándose él mismo, e hiriendo a dos miembros del personal. Sin embargo, Kodama estaba en otra parte del edificio, convaleciente de un derrame cerebral, y escapó del ataque.
En el caso de Maeno, su cuerpo se convirtió en un espectáculo carbonizado para los primeros curiosos de la mansión, de hecho, existen fotografías horribles y desagradables, con sus órganos internos expuestos sobre las columnas de hormigón. Según declararon a algunos medios los primeros residentes que se acercaron a la zona:
No hubo un gran sonido de explosión, pero el olor a combustible impregnó todo el aire. Luego llegó la policía, y nos dijo que un avión se estrelló contra la casa de Kodama y todos corrimos a mirar. La propiedad estaba rodeada de paredes altas que amortiguaban el sonido y dificultaban ver lo que estaba sucediendo. Los policías invadieron el sitio en seguida. Ninguno de nosotros entendía de qué se trataba.
Tras varios días de investigación, la primera explicación de la policía a los motivos que llevaron a Maeno eran casi tan raros como el propio ataque: fue un suicidio por el golpe de Estado de Yukio Mishima.
Mishima, novelista, poeta, actor y director japonés, es considerado uno de los más grandes escritores de su país en el siglo XX. Sus obras se caracterizan por mezclar la estética moderna y el tradicionalismo japonés, con enfoques en la sexualidad, la muerte y, sobre todo, el cambio político.
El artista se había convertido en un nacionalista radical y formó su propio grupo personal de militantes uniformados. En 1970, Mishima y sus seguidores ingresaron en la sede de la policía en Ichigaya, capturaron al comandante y alentaron a las tropas a levantarse y restaurar al emperador al poder.
Después de ser abucheado por la mayoría de los soldados a lo largo de su discurso, Mishima se realizó un seppuku en el vientre (harakiri). Como parte del ritual, uno de sus seguidores, M. Morita, intentó repetidamente cortar la cabeza antes que otro, H. Koga, finalmente lograra terminar el ritual. Sin embargo, y aunque muerto, el escritor dejó una gran huella en muchos aspirantes a ultranacionalistas, jóvenes como el porpio Maeno.
Nacido en Shibuya (Tokio) en 1946, Maeno se unió a un grupo de teatro en su adolescencia y apareció en su primera película en 1959. Posteriormente, estudió clases de interpretación en California. Más tarde apareció en películas de bajo presupuesto hasta que se inició en las primeras producciones del género pornográfico.
Es más, irónicamente, el momento más famoso de Maeno fue el clímax que tuvo lugar en la película de 1975 “Tokyo Emmanuelle”, junto a la actriz Kumi Taguchi, en una escena mientras pilotaba una avioneta.
Lo cierto es que Mitsuyasu era un piloto aficionado en la vida real, Maeno había recibido su licencia en 1975 e incluso llegó a volar como parte de su trabajo actuando.
El día que murió se presentó en el aeropuerto para alquilar el Piper Cherokee. Esa mañana se había vestido como un piloto kamikaze con una chaqueta de cuero. Le había dicho al personal del aeropuerto que estaba filmando un anuncio promocional para una nueva película sobre los escuadrones suicidas de la Segunda Guerra Mundial pero, ¿por qué quería matar realmente a Kodama?
Para aquellos que no lo conocieran, Kodama llegó a ser apodado como el “Yakuza de la CIA”. Fue un tipo que pasó del ultranacionalismo a ser confidente de la agencia estadounidense, aunque básicamente se le conocía como “el don”, el hombre cuyo ejército de yakuzas dominó en los años 20 y 30 el mundo del hampa en el país.
Posteriormente, Kodama fue encarcelado en una prisión de Tokio como presunto criminal de guerra de “clase A” por la ocupación estadounidense, aunque fue liberado en 1948. En los 70 fue investigado por evasión de impuestos tras las revelaciones de haber recibido más de siete millones de dólares en 10 años del gobierno de Estados Unidos, y todo a cambio de usar su influencia para ayudar a las ventas de aviones.
Hubo un tiempo en que Maeno admiraba a Kodama, pero el actor se sintió traicionado por la vida llena de escándalos de este. Veía la toma de sobornos como una violación del código samurái de bushido que Mishima y otros patriotas propugnaron. Además, Maeno decía a sus allegados que Estados Unidos había sido un importante proveedor de armas para el adversario de guerra de Japón: había fabricado el P-38 Lightning, el cual derribó más aviones japoneses en la guerra que cualquier otro avión de combate estadounidense.
Así que un buen día, el 23 de marzo de 1976, Maeno dejó que ganaran sus demonios y acudió al aeropuerto. La policía encontró que un mes antes del ataque intentó suicidarse con una sobredosis de pastillas para dormir. Lo encontraron tirado en la nieve en una localidad turística de Yuzawa, en la prefectura de Niigata.
Taguchi, la actriz de “Emanuelle” que trabajó con él, decía que Maeno solía repetir que no tenía miedo a morir, y que planeaba hacer una película titulada “Un japonés de Estados Unidos”. No lo consiguió, pero su historia es posible que algún día acabé en el país que tanto detestó, y donde, irónicamente, soñaba triunfar. [Wikipedia, NYT, MG]