La escena que vemos nos muestra una de las muchas peculiaridades de la madre naturaleza. En primer plano tenemos un avispón asiático gigante (Vespa mandarina) que suele tener una longitud de unos 7 centímetros. Sin embargo, lo más interesante es el increíble huésped que vivía en su interior.
Se trata de un Xenos moutoni, un parásito del orden Strepsipsera capaz de vivir toda su vida en el abdomen de avispas e insectos similares, alterando el comportamiento del huésped.
En la mayoría de los casos, el insecto infectado comienza a sufrir nutricionalmente, para luego volar hasta encontrarse con otras avispas infectadas. Entonces, el parásito macho sale del abdomen de la avispa y se empareja con los parásitos hembra que permanecen dentro de su huésped. De esta forma, las avispas infectadas con el parásito macho mueren.
Mientras, las avispas infectadas con el parásito hembra engordan como las avispas reina. En este punto buscan hasta encontrar otras avispas reina no infectadas. Finalmente, cuando el parásito está maduro, la avispa infectada vuela para mezclarse con otras no infectadas, extendiendo así la cría y las larvas a nuevos entornos.
Maravillosa naturaleza. [Boing Boing]