
Ayer saltaba la noticia de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos había decidido iniciar una investigación en torno a Virgin Galactic. La primera consecuencia de esa investigación es que la nave espacial de la compañía no podrá volver a volar hasta que la FAA determine lo contrario.
“La SpaceShip Two no volverá a volar hasta que la FAA de por concluida la investigación o determine que las irregularidades registradas durante el vuelo no suponen un problema de seguridad público”, explicaba un portavoz de la agencia en un comunicado hecho público ayer.
Las irregularidades a las que se refiere la FAA son dos. La primera fue un piloto de alarma que se encendió durante el ascenso porque el ángulo de subida no era lo bastante vertical. Aunque la opción más segura hubiera sido abortar la maniobra (y no llegar al espacio), los pilotos optaron por corregir el rumbo y continuar. El segundo error, que aún no está claro si está o no relacionado con el primero, es que la SpaceShip Two se salió brevemente de su espacio aéreo designado cuando regresó a Tierra.
Este último incidente, aunque no ocasionó ningún problema, es el que más preocupa a la FAA. “Nos tomamos esto muy en serio y ahora mismo estamos investigando las causas del incidente para evitar que se repita en futuras misiones”, explicaba un portavoz de Virgin Galactic pocas horas después de la decisión de la FAA. “Trabajamos con la FAA para ayudarles en su investigación y que esta se resuelva en el menor tiempo posible”.
De momento no está claro si la prohibición de volar afectará de alguna manera al próximo vuelo de la compañía, que estaba programado para finales de septiembre. Si la FAA no encentra indicios de problemas de seguridad es probable que ni siquiera tenga que cambiar de fecha. [vía The Verge]