
Pulverizadas en la atmósfera de Saturno, perdidas en el espacio profundo, sofocadas en polvo marciano, aplastadas y fundidas en Venus... tenemos muchas sondas a las que pedir disculpas por su sacrificio en nombre de la ciencia. Este post recopila las 10 más importantes.
Cassini ( Saturno)

Cassini estuvo en órbita de Saturno durante 13 fructíferos años durante los que nos mostró lunas extraterrestres en los que el metano fluye como el agua, y la danza de las lunas de Saturno. En dos de ellas (Titán y Enceladus) podría haber vida. Su final llegó en 2017 y fue épico. Los técnicos de la NASA la ordenaron zambullirse en el planeta gaseoso.
Cassini se estaba quedando sin combustible nuclear, y la NASA no quería arriesgarse a que cayera sobre alguna de las lunas y la pudiera contaminar con microbios terrestres. Al entrar en la atmósfera de Saturno la sonda ardió hasta desintegrarse en cuestión de minutos. Además de los preciosos datos que recogió durante su zambullida final, la sonda tomó una enorme imagen del planeta en la que los anillos son visibles en su parte inferior. La parte superior muestra el planeta en su cara nocturna, opuesta al sol, pero aún iluminada por la luz reflejada que recibe de sus anillos.
Opportunity (Marte)

La última imagen de la Opportunity es muy pequeña. El rover terminó sus días durante una violenta tormenta de polvo en 2018 tras 14 años de servicio sobre el planeta rojo. Lo que se ve en la imagen es nuestro Sol, apenas un punto brillante entre las furiosas nubes de polvo que sellaron el destino del rover.
Messenger (Mercurio)

Las sondas orbitales tienden a tener un final más violento que los rover. El final de Cassini en la atmósfera de Saturno fue épico, pero ahora imagina estamparte contra la superficie de un planeta rocoso a toda velocidad. Ese fue el destino de la Messenger de la NASA, que fue la primera sonda en orbitar sobre Mercurio. Estuvo allí durante cuatro años (tres más de lo planeado). El 30 de abril de 2015 Messenger transmitió una imagen del cráter Jokai. Era su última imagen. Instantes después se estrellaba en la cuenca Shakespeare. Al dramaturgo inglés probablemente le hubiera gustado el detalle.
Huygens (Titán)

La Huygens viajó hasta Saturno a lomos de Cassini, pero su destino era la más grande de sus lunas: Titán, un lugar al que muchos astrobiólogos consideran una buena apuesta para encontrar vida microbiana. Durante su descenso en paracaídas, el 14 de enero de 2005, Huygens recolectó información de la atmósfera, vientos, actividad electromagnética y química. Hasta que aterrizó los científicos no estaban muy seguros de si la superficie de Titán era sólida o líquida. Fue lo segundo. Huygens capturó fotos de la superficie durante una hora hasta que dejó de transmitir. A día de hoy sigue siendo la nave humana que ha aterrizado en el lugar más lejano.
Venera 13 (Venus)

Décadas antes que el resto de misiones de la lista, la URSS lanzó varias sondas a Venus. El programa Venera (Venus en ruso) funcionó entre 1961 y 1983, e incluyó todo tipo de sondas orbitales y landers. Cuatro de estos landersm (Venera 9, 10, 13 y 14) lograron fotografiar la superficie, pero las de Venera 13 fueron las primeras en color.
La superficie de Venus tiene una temperatura media de alrededor de 480 grados Celsius y una presión equivalente a varias docenas de atmósferas terrestres. La Venera 13 aguantó estoicamente dos horas en ese ambiente hostil enviando imágenes panorámicas, una de ellas en color. El paisaje luce amarillo debido a la densa atmósfera, pero los técnicos ajustaron una versión sin ese efecto atmosférico. La foto no muestra mucho. Tan solo una franja de rocas, el borde del lander y una tapa de lente en el suelo.
La NASA llegó a Venus con la mision Magellan, pero la nave nunca alcanzó la superficie marciana. Ardió en la atmósfera en 1994. Esperemos que las próximas misiones a Venus (Veritas y Davinci+) nos traigan nuevas fotos del planeta más infernal del Sistema Solar.
Beresheet (la Luna)

En 2019, el lander lunar israelí Beresheet sufrió un fallo durante su descenso que lo hizo estamparse contra la superficie de la Luna y puso término a la misión antes de que pudiera empezar. Si hubiera tenido éxito hubiera sido la primera nave de fabricación privada en nuestro satélite. Ahora ese honor será de SpaceX si es que lo logra.
Spirit (Marte)

Como muchos rover marcianos, Spirit se mantuvo operativo mucho más tiempo del esperado. Su muerte no tuvo que ver con la atmósfera, o con las bajas temperaturas, o con alguna intensa tormenta de polvo. Spirit quedó atrapado en una zona de arenas blandas de la que no pudo salir. Eso fue en mayo de 2009. Al cabo de unos meses, la NASA lo recalificó como estación de investigación estacionaria. Lamentablemente, Spirit quedó atascado en un ángulo en el que no recibía suficiente luz en sus paneles solares. Poco a poco fue apagándose hasta que quedo completamente en silencio en marzo de 2010 y nunca se ha vuelto a activar. Su última panorámica muestra el cráter que se convirtió en su tumba Quizá en el futuro una misión tripulada a Marte pueda darle un empujón y reactivarlo.
Voyager (algún lugar en los límites del Sistema Solar)

Aunque no está técnicamente muertas, las Voyager se han embarcado en una misión sin retorno y sus últimas imágenes se capturaron en 1990. La foto sobre estas líneas corresponde a febrero de 1990. La Voyager 1 estaba a miles de millones de km del Sol. 30 días después la sonda apagó sus cámaras para conservar energía, pero media hora antes de hacerlo los técnicos la ordenaron darse la vuelta y tomar una última foto de la Tierra. La idea fue de Carl Sagan, y decir que fue realmente inspiradora es quedarse corto.