La creencia errada de que las vacunas causan autismo es una que, juzgando por los correos electrónicos que recibo, continúa existiendo. Es por esto que ahora los veterinarios en el Reino Unido y en otros países se han visto obligados a lidiar con los antivacunas que ahora también quieren perjudicar a los perros.
Recientemente un programa de televisión del Reino Unido, llamado “Good Morning Britain”, publicó un tuit en el que hacían un llamado a propietarios de mascotas que se niegan a vacunar a sus queridos cachorritos por miedo a los efectos secundarios, incluyendo a los que creen que sus perros desarrollaron autismo gracias a las inyecciones. Un día más tarde, la Asociación veterinaria del Reino Unido (BVA), en términos muy claros, aseguró que esto es falso.
“No existe evidencia científica confiable que indique que existe el autismo en los perros (ni ningún vínculo a las vacunas”, afirmó la organización en un tuit que respondía al mensaje del programa de TV. Según los expertos, la posibilidad de sufrir efectos secundarios es baja, “y se ve compensada por los beneficios en la protección contra las enfermedades”.
“Buscamos hablar con dueños de mascotas que no las han vacunado porque están preocupados de los efectos secundarios, al igual que con personas que han vacunado a sus mascotas y debido a ello desarrollaron autismo canino”.
“Actualmente no existe evidencia científica confiable que indique que existe en autismo en los perros (ni ningún vínculo a las vacunas). Los posibles efectos secundarios de las vacunas son raros, y se ven compensados por los beneficios de protegerlos contra las enfermedades. BVA felizmente proporcionaría esta información basándonos en evidencias relacionadas al tema”.
La tendencia, según mencionó posteriormente BVA, parece provenir de propietarios de mascotas en Estados Unidos. El año pasado el medio Brooklyn Paper informó que los veterinarios en Nueva York habían comenzado a notar que algunos dueños de mascotas ahora dudan de vacunar a sus perros, por temor a causar síntomas similares al autismo, tales como torpeza social y comportamiento demasiado agresivo hacia los extraños (es decir, comportamiento de perro).
Como menciona Snopes en su análisis del artículo del Brooklyn Paper, es difícil saber si hoy en día los antivacunas perrunos son algo común, pero sin duda parece que algunos de los activistas acérrimos y chiflados del movimiento antivacunas ahora quieren llevar sus ideas a los perros.
Los veterinarios británicos podrían sentirse un poco doloridos al ver que la tendencia ha llegado a sus tierras, dado que el supuesto vínculo entre las vacunas y el autismo fue impulsado originalmente por la investigación fraudulenta del doctor británico Andrew Wakefield. Reino Unido le quitó la licencia de prácticas médicas a Wakefield poco después de publicar su investigación, y ahora pasa sus días participando en documentales conspiranoicos.
En cualquier caso, debería ser evidente que nuestros perritos y perritas necesitan sus vacunas tanto como nosotros. Existen muchas enfermedades horribles e incluso fatales que pueden prevenirse mediante vacunas, incluyendo moquillo, la rabia y la parvovirosis. [New York Times]