Cuando me llamaron para probar el skate eléctrico Monkey Balance comencé a buscar a alguien que supiera montar longboard para ayudarme con la prueba. No encontré a nadie, así que no me quedó más remedio que probarlo yo mismo. Dos semanas después veo con mucha pena como se lo llevan, porque hacía tiempo que no me divertía tanto probando un gadget.
¿Qué es?
El Monkey Balance Electric Skateboard es una tabla longboard alimentada por un pequeño motor eléctrico hábilmente disimulado en su parte inferior. Con el motor apagado, funciona como un longboard común y corriente. Encendido, nos proporciona un empuje extra activable a voluntad para no tener que impulsarnos a golpe de zapatilla todo el rato.
Diseño
Lo más interesante del Monkey Balance Electric Skateboard no es la tabla, sino lo que hay debajo. A nivel de construcción, se trata de una tabla de planchas de madera de arce canadiense con unas dimensiones de 91,5 x 21,5 cm y recubierta por una capa para dar mejor agarre. Todo el longboard pesa 6 kilos y aguanta hasta 100 de peso.
Las ruedas son de poliuretano con una dureza de 78A y tasa de rebote del 85% según el fabricante. Dicho en cristiano, significa que son unas ruedas bastante blandas para que no se noten mucho las piedrecitas o baches que podamos encontrarnos. Ese cometido lo cumplen perfectamente, aunque me quedé con la sensación de que se desgastarán muy rápido.
Motor eléctrico
Bajo la tabla hay una tapa de plástico atornillada que ocupa prácticamente todo el espacio disponible y cuya función es proteger la electrónica y las baterías. Aún así, el equipo no es aprueba de agua. Cuidado con los charcos.
Los únicos elementos visibles son la salida de un pequeño ventilador que refresca el sistema, la toma de corriente para carga y el botón de encendido.
La batería es una seis celdas de iones de litio, y sus ocho amperios rinden una hora según el fabricante. El tiempo concuerda con nuestra experiencia, que es de 40-50 minutos. Parte de este bajón en el rendimiento se debe muy probablemente a que en las primeras sesiones se tiende a abusar del motor por inexperiencia. El Monkey Balance Electric Skateboard se carga completamente en alrededor de tres horas. En cuanto al motor, tiene 1.200 vatios de potencia, está alojado en el tren trasero del longboard y se conecta a una de las ruedas mediante una transmisión de correa.
El mando
¿Como se activa el motor? Sencillo, mediante un mando inalámbrico (2,4 Ghz). Se trata de un pequeño control que recuerda al Nunchuck de la Wii. Pesa solo 60 gramos y se alimenta de una batería que se carga por MiniUSB. Su duración, de todos modos, excede de largo la que tienen las baterías del longboard.
El funcionamiento del mando es sencillo. Un botón frontal sirve para emparejarlo, y el joystick analógico de la parte superior es el que activa el motor de forma progresiva. El Monkey Board Electric Skateboard no tiene marcha atrás. Lo que ocurre si desplazamos el joystick hacia atrás es que el mismo motor hace de freno, reduciendo paulatinamente la velocidad. Conviene apuntar que este método para reducir no es capaz de detener completamente la tabla. Si estamos bajando una cuesta a tumba abierta mejor que busquemos otro modo de frenar o nos encomendemos a los dioses.
Usando el Monkey Balance
Es preciso aclarar un detalle previo: Nunca en mi vida había usado un longboard antes. Jamás. De hecho, tampoco se patinar con patines. Cuando mi padre llegó a casa con las primeras botas con ruedas, despaché el obsequio con un: “No quiero ponerme eso porque si me lo pongo me caigo” (Sí, era de esos niños asquerositamente prudentes).
Por fortuna, la edad ha acabado con buena parte del sentido común que que me quedaba, y cuando Monkey Balance se ofreció a prestarnos su longboard me dije: ¿por qué no?
Curiosamente, patinar en un longboard eléctrico ha resultado ser mucho más fácil que hacerlo en uno normal. La razón es que no necesitamos aprender a mantener el equilibrio mientras bajamos el pie para impulsarnos. Basta con aprender a subirse y mantenerse sobre la tabla. Después todo es mover el pulgar y disfrutar.
La respuesta del motor es progresiva, pero bastante potente. Si cometemos el error de pulsar el joystick hacia adelante a tope es casi seguro que daremos con nuestros huesos en el suelo y el longboard a 20 metros. Lo ideal es arrancar impulsándonos con el pie y después ir acelerando poco a poco. La velocidad máxima es de 30 kilómetros por hora variables en función del peso de cada uno y de la inclinación del terreno. Si apretamos el joystick a tope hacia adelante y lo pulsamos hacia abajo podemos dejarlo en un modo crucero en el que se impulsa ininterrumpidamente a unos 15 km/h.
Nos gusta
- No se si es una forma viable de desplazarse por la ciudad, pero es terriblemente divertido de usar.
- La batería da de sobra para dos o tres horas de diversión sobre la tabla si usamos el motor de forma juiciosa.
- Es bastante más asequible que la media de longboards eléctricos que hay en el mercado.
No nos gusta
- El mando no es incómodo, pero quizá podría haber sido algo menos aparatoso ¿quizá integrado en un guante?
- A veces, cuando activas el freno motor, las ruedas se bloquean por un instante. Nunca bajes la guardia.
- La batería hace que la tabla sea muy poco flexible. No es un longboard pensado para acrobacias. Solo para desplazarse.
¿Me lo compro?
El Monkey Balance Electric Skateboard no es un capricho barato. Su precio es de 549 euros. Eso sí,también hay que concederle que es bastante más asequible que otros longboards eléctricos como Boosted (que cuesta 999 dólares), o Marbel (1.399 dólares), pero también menos potente.
En ese sentido, Monkey Balance Electric Skateboard es más un modelo perfecto para iniciarse en los longboard eléctricos. La experiencia de usar uno es tan increíblemente divertida, que incluso te hace pensar en comprar un longboard normal y comenzar a hacer surf en el asfalto.