Se llama Sandy y es un dingo puro que acaba de ganar el título al genoma más interesante del planeta. Quizás así no te diga mucho, pero si decimos que el cachorro ha superado entre otros a un escarabajo explosivo, una paloma rosa o una serpiente mortal de Asia, Sandy ya parece más atractivo.
Sandy y sus hermanos fueron encontrados abandonados en el desierto de Australia hace dos años, cuando no tenían más de tres semanas de vida. Lo interesante de Sandy es que se trataba de una cría de dingo salvaje puro, y eso en el desierto australiano es extremadamente raro.
El dingo es comúnmente descrito como un perro salvaje australiano, aunque no se limita a Australia y tampoco es originario de ahí. Los dingos modernos se encuentran por todo el sureste de Asia, generalmente en pequeñas manadas en los bosques naturales, y en Australia particularmente en el norte.
Pero como decíamos lo raro es encontrar una cría pura como Sandy, ya que la mayoría de los dingos se han cruzado con los perros y lobos salvajes y los perros domésticos a lo largo de los años. Según explica Bill Ballard, de la Universidad de Nueva Gales del Sur:
Sandy es realmente un regalo para la ciencia como un dingo puro y raro, proporciona un estudio de un caso único. Los dingos puros son intermedios entre los lobos salvajes y los perros domésticos, con una gama de rasgos no domesticados. Así que secuenciar el genoma de Sandy ayudará a identificar algunos de los genes para el temperamento y el comportamiento que subyacen a la transición de los animales salvajes a las mascotas perfectas.
Así que aquí tenemos la respuesta para que haya ganado este título a criaturas tan fascinantes como los siguientes finalistas:
Elysia timida, la babosa marina ladrona
Dicen los científicos que estamos ante el único animal que realiza la fotosíntesis. Elysia timida es una babosa marina que puede “robar” y usar los cloroplastos de las algas que consume como alimento. Los cloroplastos son las partes de las plantas que se someten a la fotosíntesis (el proceso que toma la luz y la convierte en energía).
Un galimatías, ya que los científicos no entienden cómo las babosas mantienen cloroplastos típicamente usados sólo por las plantas, pero les permite sobrevivir durante meses sin comer.
Nesoenas mayeri, la paloma rosada
La paloma rosada es interesante por algo más que su color. Se trata de una especie que casi se extinguió en la década de los 90 (con sólo 16 aves silvestres restantes), y que logró recuperarse. Actualmente se cree que hay más de 400.
Tropidolaemus wagleri, la serpiente
Comúnmente llamada como la “víbora del templo” en Malasia, no sólo tiene unas toxinas únicas en su veneno que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo, sino que sus características sexuales también son muy diferente a la mayoría de las especies de serpientes.
Los machos de la víbora son pequeños y verdes, mientras que las hembras son 10 veces el tamaño de los machos y con muchos colores.
Brachinus elongatulus, el escarabajo explosivo
También llamado el escarabajo bombardero, básicamente estamos ante el “científico loco” del mundo de los insectos. El insecto tiene una especie de cargadores explosivos con productos químicos tóxicos, un líquido corrosivo que sale desde su abdomen contra sus posibles atacantes.
El escarabajo en sí mismo ha estado desconcertando a los genetistas evolucionistas durante décadas preguntándose cómo una criatura de este tipo logró evolucionar: un simple error evolutivo y el con el fallo explotarían. [UNSW Science vía ScienceAlert]