El segundo gran terremoto en México en apenas unas semanas ha mostrado la cara más destructiva y devastadora de los seísmos. Sin embargo, podría haber sido mucho peor. México tiene uno de los mejores sistemas de alerta sísmica, aunque en el día de ayer la alarma sonó en el último momento. ¿Falló algo?
No es sólo México. La mayoría de las regiones del planeta con altas probabilidades de terremotos y tsunamis cuentan con equipos y redes de alerta para la población ante el peligro inminente. Sistemas que permiten a los ciudadanos huir de edificios o zonas vulnerables.
El equipo del país nació a raíz del terremoto de 1985 en Ciudad de México, un seísmo que tristemente marcó el devenir de los ciudadanos dejando miles de muertes y traumatizando a millones de mexicanos, quienes vivieron con espanto el colapso total en hospitales junto a las escenas dantescas con los hogares derrumbados y los cadáveres esparcidos por los escombros de la ciudad.
Tras el trauma nacía el sistema de alertas temprana encargada por el gobierno de México, un equipo formado por 12 sensores sísmicos a lo largo de toda la costa. Su instalación tuvo lugar en 1991, y desde entonces se ha expandido a más de 100 sensores a lo largo de la costa del Pacífico mexicano. Veamos esta gráfica de CIRES donde explican de manera sencilla los pasos que sigue la alerta.
Los canales de radio del gobierno envían alertas y sirenas después de que los sensores detectan temblores amenazantes, y los ciudadanos generalmente reciben la alerta uno o dos minutos antes de que lleguen las ondas sísmicas. Por ejemplo y sin irnos muy lejos, el terremoto que tuvo lugar hace unas semanas se activó dos minutos antes de que se sintiera el temblor de magnitud 8,2.
Sin embargo y como decíamos al comienzo, en el caso del terremoto que ha tenido lugar ayer martes, los sistemas de alerta y las alarmas sonaron en el último momento, casi al unísono con la llegada del seísmo. ¿Falló algo?
No, todo funcionó con normalidad y la explicación es bastante sencilla: se debió a la cercanía del epicentro. El sistema se vio incapaz de anticiparse porque los sensores están en las zonas costera. En cambio, el epicentro se produjo en Morelos, a casi 100 kilómetros del centro de México. De esta forma, el equipo simplemente se vio incapaz de detectarlo a tiempo para avisar a la población.
¿Existe una solución para el futuro? Como apuntan muchos expertos, es complicado, principalmente porque las alertas sísmicas no están preparadas para anticiparse a un seísmo tan cercano, además, los sistemas están diseñados para terremotos costeros, más lejanos, y los más comunes. [Wired, El País]