
El asentamiento de Mörigen, en lo que hoy es Suiza, alcanzó su apogeo entre el año 800 y 900 antes de Cristo. Un nuevo estudio sugiere que los artesanos de ese poblado debían tener fama más allá de sus fronteras, porque entre los artefactos desenterrados allí ha aparecido una punta de flecha de hierro meteórico proveniente de Estonia, a más de 1.600km.
El hallazgo, recién publicado en Journal of Archaeological Science, es obra de científicos de la Universidad de Berna, en Suiza. El Geólogo Beda Hofmann y sus colegas estaban buscando precisamente piezas forjadas en hierro meteórico en lugar del bronce habitual en la época.
Resulta que el hierro proveniente de meteoritos es precisamente la principal fuente de este metal en la edad de bronce. En aquella época no existían aún las técnicas como para extraer hierro puro mediante la minería, así que los meteoritos de ese material eran un tesoro poco común porque permitían a los artesanos crear piezas de ese metal más fácilmente. Hoy en día se conocen un puñado de piezas de ese material confeccionadas en Oriente Medio, Asia y Egipto, pero apenas se han encontrado ejemplos en el continente europeo.
La punta de flecha hallada en Möringen es uno de esos raros artefactos. Originalmente excavada en el siglo XIX, ha resultado estar hecha de una aleación de hierro y níquel, pero el principal indicador hallado por Hofmann y sus colegas es un isótopo del aluminio que no se forma de manera natural en nuestro planeta. La punta de flecha mide 39,3mm de largo y pesa poco más de 3 gramos.

Lo más singular de esta pieza es que el material del que está hecha no proviene del meteorito que los investigadores creían. La razón por la que Hofmann y su equipo eligió Möringen es porque está muy cerca (apenas a 8km) de Twannberg, una zona en la que se sabe que cayeron fragmentos de hierro meteórico antes de la última edad de hielo.
Sin embargo, la firma química de la punta de flecha no se corresponde con la de otros fragmentos encontrados en Twannberg, sino a un tipo de meteoritos conocidos como IAB. Solo se conocen tres de esos bólidos caídos sobre Europa, uno en Bohumilitz, en la República Checa, otro en Retuerte de Bullaque, en España, y un tercero en Kaalijarv, en lo que hoy es Estonia.
El análisis de la composición de la punta de flecha ha revelado que el material de que está hecha proviene precisamente de este último, lo que sitúa la fuente de la materia prima a más de 1.600km del lugar donde se forjó. Los investigadores creen que este hallazgo probablemente significa que hubo rutas de comercio establecidas en Möringen, probablemente paralelas al comercio de ámbar de la región. No se descarta que haya más piezas de hierro meteórico confeccionadas en el asentamiento, quizá hechas con el hierro del meteorito de Twannberg o de otros bólidos.