
Han surgido nuevos detalles sobre un problema técnico que impidió que la NASA y Boeing realizaran un lanzamiento de prueba de la nave espacial CST-100 Starliner durante la primera semana de agosto. El problema parece ser más grave de lo que se creía anteriormente, lo que pone en duda los planes para lanzar la nave espacial a finales de mes.
Como si fuera un auto en el taller para reparaciones, la nave Starliner de Boeing está de regreso en el hangar mientras los equipos de ingenieros se esfuerzan por solucionar un problema relacionado con el sistema de propulsión de la nave espacial.
Los especialistas están trabajando para “restaurar la funcionalidad” de 13 válvulas en el sistema de propulsión de la nave espacial, según explicó la NASA en un comunicado. Estas válvulas, como dice la NASA, “se conectan a los propulsores que permiten el aborto y las maniobras en órbita”, y no se abrieron durante la cuenta regresiva del 3 de agosto, lo que provocó que se detuviera el lanzamiento. La misión Boeing Orbital Flight Test-2 a la Estación Espacial Internacional tiene ahora un retraso indefinido.
Keith Cowing, un ex empleado de la NASA y editor del sitio NASA Watch, dio a conocer su opinión ayer en una publicación dolorosamente breve:
¿Cómo, por qué, esta nave espacial, una que se supone que en el futuro cercano volará humanos al espacio, llegó a la plataforma de lanzamiento sin válvulas de propulsión completamente operativas en primer lugar? Eso me pregunto.
Buena pregunta. La historia de la Starliner se vuelve cada vez más triste. El primer vuelo de prueba sin tripulación de Starliner a fines de 2019 terminó con una decepción, ya que la nave espacial no pudo llegar a la Estación Espacial Internacional. La prueba fallida resultó en una serie de correcciones y un retraso de 1 año y medio en el proyecto, que, como parte del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, busca proporcionar una plataforma para transportar astronautas a la ISS. Aparte de las naves rusas, la única otra opción disponible para la NASA es lanzar astronautas a bordo del la nave espacial Crew Dragon de SpaceX, que debutó en mayo de 2020.

Se suponía que la segunda prueba sin tripulación de Starliner se realizaría el 30 de julio, pero el módulo ruso Nauka fallido hizo que la ISS realizara una maniobra no programado, lo que provocó el retraso.
Después del lanzamiento cancelado el 3 de agosto, la cápsula Starliner, todavía encima de un cohete Atlas V de United Launch Alliance, se trasladó a la Instalación de Integración Vertical (VIF) para una inspección más cercana. Ubicado junto a la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida, Estados Unidos. Este hangar brinda a los equipos de ingenieros la capacidad de inspeccionar la nave espacial de cerca. La cápsula está alimentada de energía actualmente y es capaz de recibir comandos, según la NASA.
Boeing describió inicialmente que el problema tenía que ver con “indicaciones inesperadas de la posición de la válvula”. La compañía descartó problemas de software, pero surgió la especulación de que una tormenta eléctrica, que pasó por el Space Launch Complex-41 el día anterior, podría haber dañado las válvulas. En un comunicado, Boeing dijo que esta es una “causa poco probable”, pero el equipo “inspeccionará de cerca en busca de agua o daños eléctricos” mientras la nave espacial esté en el hangar. Además de inspeccionar físicamente a Starliner, los equipos de ingeniería tomaron muestras químicas del exterior de las válvulas y descartaron la corrosión externa.
Desde que ingresaron al hangar, los ingenieros han comandado siete de las 13 válvulas que anteriormente estaban atascadas en la posición cerrada. En cuanto a las seis válvulas restantes, todavía están atascadas, a pesar de muchas medidas para despegarlas.
“Los equipos de prueba están aplicando técnicas mecánicas, eléctricas y térmicas para hacer que las válvulas se abran, y están avanzando con un plan sistemático para abrir el resto de las válvulas afectadas, demostrar el rendimiento repetible del sistema y verificar la causa del problema raíz antes de regresar Starliner a la plataforma de lanzamiento para su misión Orbital Flight Test-2”, anunció la NASA.
Eso suena un poco desalentador, especialmente dado que la causa raíz del problema sigue siendo un completo misterio. A pesar de esto, Boeing está “evaluando múltiples oportunidades de lanzamiento para Starliner en agosto y trabajará con la NASA y United Launch Alliance para confirmar esas fechas cuando la nave espacial esté lista”, según declaró la compañía en un comunicado.
Siendo sincero, no estoy contando con ello. Este problema parece grave, no es algo que pueda dejarse de lado por casualidad, independientemente de la causa. Pero hasta ahora, Boeing no piensa decirlo.
“Ser cautelosamente optimista es una buena manera de describir cómo se siente el equipo”, dijo John Vollmer, vicepresidente y gerente de programas de Starliner, en un comunicado reciente. “Están presentando ideas innovadoras y dando prioridad a la seguridad de la nave espacial y sus compañeros de equipo”.
Así que esta odisea continúa para Starliner. Afortunadamente, los astronautas de la NASA pueden viajar al espacio en la Crew Dragon de SpaceX, por lo que un tiempo acelerado no es necesariamente esencial. Pero esto comienza a ser desalentador, si no muy preocupante.