Parece que, después de todo, alguien ha conseguido quitarle a Trump el viejo Galaxy S3 que se había convertido en un asunto de Estado. Como señala hoy The Guardian, el presidente de Estados Unidos no tuitea con un dispositivo Android desde el 8 de marzo. ¿Se habrá pasado al iPhone?
Hasta ahora, era fácil distinguir los tuits escritos personalmente por el millonario presidente de Estados Unidos de los que había publicado algún miembro de su equipo. Los mensajes enviados desde Twitter para Android, estadísticamente más enfurecidos, parecían salir directamente de Trump, y probablemente de su querido y fácilmente hackeable Samsung Galaxy S3.
Pero desde hace un tiempo —en concreto, cuatro días después de publicar un tuit explosivo acusando al expresidente Obama de espiarle en la Trump Tower— cada mensaje de Donald Trump ha salido de un iPhone. Lo que no quiere decir que su perfil de Twitter se haya vuelto más descafeinado:
The Guardian plantea dos hipótesis: o Trump se ha pasado al iPhone, quizá por razones de seguridad, o ha empezado a dictarle a algún empleado sus tuits (ya que el estilo característico del empresario no se ha visto afectado). También es posible que el Servicio Secreto le hiciera entrar en razón, por fin. Al fin y al cabo, su Galaxy S3 utiliza una versión de Android vulnerable que permite hacerse con el control del terminal y acceder a su contenido.
Según un reportaje del New York Times publicado a finales de enero, Trump continuaba usando su teléfono de siempre en la Casa Blanca, el mismo con el que revisaba sus menciones de Twitter de forma compulsiva durante las entrevistas. Que el presidente de Estados Unidos tuviera un smartphone inseguro en 2017 era tan absurdo que el tema escaló hasta el Congreso, donde un miembro de la Cámara de Representantes solicitó al Comité de Supervisión una investigación sobre el asunto. Un asunto de Estado.