El Origen del Mundo es una pintura difícil de olvidar por el impacto que produce la representación del primer plano de los genitales femeninos. Sin embargo, desde que Gustave Courbet finalizó su obra en 1866, la identidad de la modelo ha permanecido en secreto. Hasta ahora.
Y es que un historiador francés parece haber descubierto uno de los misterios más escandalosos y polémicos de la historia del arte. Como se puede observar, la cara de la modelo no se exhibe en la pintura y solo se muestra el cuerpo desde el pecho hacia abajo.
Una pintura tan íntima como esta fue, naturalmente, impactante para el público del siglo XIX. De hecho, la obra resultó ser lo suficientemente “fuerte” como para que Facebook la censurara en los perfiles que la presentaban, lo que condujo a un caso en la corte francesa de 2011.
Sea como fuere, la identidad de la modelo ha sido un misterio desde el inicio de la pintura, dejando que los historiadores de arte debatieran el asunto desde entonces. Durante mucho tiempo se creyó que la identidad de la mujer pertenecía a la amante de Courbet, la modelo irlandesa Joanna Hiffernan.
La teoría no estaba exenta de polémica, ya que Hiffernan era conocida por tener el pelo pelirrojo, y los genitales presentados en el trabajo de Courbet parecen claramente con un vello púbico oscuro.
Finalmente, el historiador francés Claude Schopp parece haber descubierto una serie de pruebas que apuntan a una mujer completamente distinta: la bailarina de ballet parisina Constance Queniaux.
Al parecer, Schopp descubrió una conexión entre la identidad de la modelo de Courbet y las correspondencias entre Alejandro Dumas y su amigo George Sand mientras leía copias de las cartas de Dumas para un libro. En particular, Schopp se dio cuenta de una línea que había traducido anteriormente como “entrevista” (interview).
En realidad, el historiador dio cuenta de que la palabra “interview” debería haber sido “interior”, lo que cambiaba por completo una frase de las correspondencias indicando claramente que la modelo de la pintura era en realidad Queniaux.
La bailarina era una amante del diplomático otomano Halil Şerif Pasha cuando la pintura se hizo en 1866, y ahora se cree que el mismo Halil encargó la pintura para su propia colección personal.
Schopp compartió su hallazgo con la directora de la Biblioteca Nacional de Francia, Sylvie Aubenas. La mujer llegó a la misma conclusión que Schopp: la modelo desnuda de Courbet era Queniaux, “el testimonio de la época encontrado por Schopp me lleva a creer con un 99% de certeza que la modelo de Courbet fue Constance Queniaux”, afirmó estos días en un comunicado público.
Además, Aubenas dijo que las descripciones sobre las cejas negras de Queniaux en la correspondencia coincidían con el color del vello púbico de la modelo desnuda.
“En algún momento de la historia ya corría el rumor de que Queniaux era la modelo desnuda, pero se perdió con el tiempo cuando ascendió en las filas de la sociedad, convirtiéndose en una dama de ocio y conocida por su trabajo filantrópico”, zanjó la historiadora. [The Guardian]