El módulo Philae puede estar dormido, pero la sonda Rosetta sigue revelando interesantísimos datos para la ciencia. El último es que, en contra de la hipótesis que se barajaba hasta ahora, el agua de nuestro planeta no proviene de cometas como 67P que se estrellaron contra la Tierra en el pasado.
Hace unos 4.000 millones de años, la Tierra sufrió un intenso bombardeo de meteoritos y cometas. Se cree que gran parte del agua que hoy tenemos proviene precisamente de estos bólidos. Sin embargo, un reciente estudio del cometa Churyumov-Gerasimenko realizado a partir de un año de datos recogidos por Rosetta, y recién publicado en la revista Science, sugiere lo contrario.
Según este estudio, el hielo del cometa 67P tiene niveles mucho más altos de deuterio (un isótopo de hidrógeno presente en el agua) de los que podemos encontrar en la Tierra. Esa composición descartaría a los cometas como fuente principal de los elementos que dieron lugar al agua de nuestro planeta.
El estudio apunta a los meteoritos como sospechosos más probables. A pesar de estos resultados, el ser humano tiene datos de composición química de muy pocos cometas, y hay muchos astrónomos que creen que las cifras de Churyumov-Gerasimenko podrían no ser generalizables. La investigación en busca de los orígenes de nuestro planeta tal y como es sigue su curso. [Science vía New York Times]
Foto: ESA / Rosetta
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