
Si algo funciona, mejor no tocar mucho. Samsung tiene claro que esa es la premisa a seguir con los teléfonos de su serie “A”, los elegidos para dominar en el mercado de la gama media. Y si hace un año el Galaxy A52 venía con un buen procesador, un conjunto de cámaras solvente y la garantía de tener un sistema operativo diseñado por Samsung, su sucesor de este año no iba a ser menos.
El Galaxy A53 no es perfecto, pero Samsung ha sabido dar con la combinación necesaria de factores para ofrecer un buen teléfono a un precio asequible. Y básicamente eso es lo que hace falta en esta categoría para triunfar. Ahora ya solo nos queda ver cuáles son esos factores. Así que, al lío.
En lo que respecta al diseño, nada nuevo bajo el sol. Échale un vistazo al Galaxy A52 del año pasado y verás que por fuera no se pueden apreciar apenas cambios. Su chasis de policarbonato quizás no sea el más llamativo y vistoso del mercado, pero es discreto, limpio —nunca está de más que las huellas no se marquen— y bonito.
Los marcos son quizás algo más pronunciados que los que vemos en la familia de los Galaxy S, pero siguen siendo lo suficientemente finos como para que su estupenda pantalla AMOLED de 6,5 pulgadas luzca a primera vista. La pantalla siempre es uno de los argumentos para subirse al carro de Samsung y no es difícil entender por qué: sus colores son ricos y brillantes, cuenta con una tasa de refresco de 120Hz y también con un brillo máximo de 800 nits que permite que se vea bien incluso a plena luz del sol.

Si hablamos de especificaciones, podríamos decir que el Galaxy A53 es tirando a correcto, incorporando un procesador Exynos 1280, 6GB de RAM y 128 GB de almacenamiento (ampliables a 256 GB). En general, el rendimiento del teléfono es fluido y cumple bien con sus tareas, pero hay algunos momentos —quién sabe si por un tema de hardware, por la propia optimización del sistema operativo o por ambos motivos— en los que sufrimos algo de lag en los menús y las aplicaciones no se abren todo lo rápido que deberían. Sinceramente, espero que el teléfono del año que viene haya podido subsanar esto.
Pero bueno, aunque el Galaxy A53 no sea el más rápido de su clase, al menos incluye una estupenda batería de 5.000 mAh que te dará habitualmente para día y medio de uso, y eso ya es más de lo que solemos encontrarnos. La cruz, sin embargo, es que pese a que el teléfono cuenta con carga rápida de 25W, no viene ningún cargador incluido en la caja. Quizás a estas alturas lo de no incluir el cargador no sea algo que sorprenda a muchos, pero hay marcas que todavía se niegan a adoptar esta medida y por eso hay que señalar a las que prefieren escamotear el cargador del pack.

El teléfono viene con Android 12 y con One UI 4.1, una capa de personalización que resulta la mar de personalizable y completa, aunque esto quizás le juegue alguna mala pasada al teléfono como comentábamos antes, ya que la hace más pesada. Pero la mejor noticia es que Samsung promete cuatro años de actualizaciones del sistema operativo y hasta cinco de actualizaciones de seguridad, algo casi sin precedentes en el resto de marcas de Android del mercado y que sin duda es una excelente noticia para todos aquellos que buscan hacerse con un móvil duradero.
La configuración de cámaras es muy similar a la que teníamos hace un año en el Galaxy A52:
- Una cámara principal de 64 Mpx f/1.8 con OIS.
- Una gran angular de 12 Mpx f/2.2.
- Una cámara macro de 5 Mpx f/2.4.
- Una cámara de profundidad de 5 Mpx f/2.4.
- Una cámara delantera de 32 Mpx f/2.2

Para ser sinceros, no se le pueden poner muchos peros a las fotografías que toma el Galaxy A53, sobre todo teniendo en cuenta el rango de precios en el que se mueve. Su cámara principal de 64 Mpx te dará unos resultados que rozan el sobresaliente, con fotografías bien balanceadas y colores bastante cercanos a la realidad. Incluso con poca luz mantiene bien el tipo.
Si eres de los que disfruta sacándose selfies, te gustará saber que su cámara delantera ofrece también unos buenos resultados. Además, la app de cámara incluye filtros de Snapchat preinstalados que podemos usar sin necesidad de loguearnos en la app ni nada. Ciertamente no pertenezco al target al que va dirigido esta función, pero quizás los usuarios más jóvenes agradezcan tenerla ahí a mano.
En lo que respecta a sus cámaras secundarias, no es que podamos añadir gran cosa. Su lente gran angular consigue fotos bastante decentes, pero tanto su rango dinámico como el detalle que ofrecen palidecen frente a la cámara principal del teléfono. La lente de profundidad ayudará a que el bokeh de tus fotos sea algo más preciso y la cámara macro es sencillamente prescindible.
En resumen
El Samsung Galaxy A53 cumple con las tres “B”: bueno, bonito y barato. Es cierto que el precio con el que llegó este smartphone, 450 euros, hacía que fuese más difícil recomendarlo frente a varios de sus rivales de la gama media, pero ha pasado tan solo un mes desde su lanzamiento, y por los 333 euros que se puede encontrar ahora, resulta una apuesta ciertamente segura.
A continuación puedes ver varias fotos tomadas con el Samsung Galaxy A53:









