
Suiza forma para del grupo de países cuyas leyes permiten alguna forma de eutanasia o suicidio asistido. Ahora, han dado un paso más aprobando el uso de máquinas “Sarco”, en esencia, cápsulas impresas en 3D diseñadas para su uso en el suicidio asistido.
Estas máquinas, que iniciaron su andadura en los Países Bajos de la mano del doctor Philip Nitschke, son unas cápsulas similares a un ataúd que deberían estar listas para operar en Suiza en 2022.
Como informan en Swiss Info, si bien el enfoque actual del sector suizo de muerte asistida requiere la ingestión de pentobarbital sódico líquido, las máquinas Sarco pueden proporcionar una muerte pacífica sin el uso de sustancias controladas. Según ha explicado Nitschke:
El beneficio para la persona que lo usa es que no tiene que obtener ningún permiso, no necesita un médico especial para tratar de colocarle una aguja, y no necesita obtener medicamentos difíciles de conseguir.
¿Y cómo funcionan estas cápsulas? Al parecer, las máquinas se activan desde el interior y se pueden remolcar a un lugar en el que la persona desea morir, por ejemplo en un escenario al aire libre o en las instalaciones de una organización de suicidio asistido. Una vez activada, la cápsula inunda el interior con nitrógeno y reduce rápidamente el oxígeno, lo que hace que la persona pierda el conocimiento y, en última instancia, fallezca sin asfixia ni pánico.
En la actualidad, Países Bajos, Suiza, Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia permiten el suicidio asistido, aunque cada uno tiene reglas diferentes al respecto. Casi todos los países y estados que permiten la práctica requieren que las personas tengan una condición incurable o terminal que no se puede remediar y les esté causando sufrimiento.
En el caso de Suiza, no tiene leyes que prohíban la práctica y solo considera un delito ayudar a un suicidio “si se hace con motivos egoístas”. En los Países Bajos, cualquier persona de 12 años o más que tenga “un sufrimiento insoportable sin perspectivas de mejora” puede solicitar la eutanasia, aunque se requiere el consentimiento de los padres si el niño es menor de 16 años.
De hecho, el presidente de los comités regionales de revisión de la eutanasia, Jeroen Recourt, decía hace poco que la “gran mayoría” de los casos de eutanasia en los Países Bajos se refieren a personas mayores que padecen una enfermedad grave como el cáncer. En 2020, el país registró 6.938 procedimientos de eutanasia. [BusinessInsider, Swiss Info]