Ocurrió el sábado por la noche en Trabzon, Turquía. Un Boeing 737-800 de Pegasus Airlines se salió de una pista durante su aterrizaje y casi termina en el Mar Negro. Las imágenes de la escena vivida muestran lo cerca que estuvo el avión de detenerse en las aguas heladas justo al borde del terraplén de la pista.
El aparato estaba llegando desde Ankara, la capital de Turquía, e intentaba aterrizar en una pista mojada sin poder reducir la velocidad lo suficiente como para evitar el derrape.
Como se puede apreciar en el siguiente vídeo, las escenas que se vivieron en el interior del avión fueron de pánico y caos, con los pasajeros asustados tratando de descubrir qué demonios estaba sucediendo. Posteriormente, se aprecia cómo se pusieron en fila para escapar por las salidas de emergencia. “Creíamos que íbamos a morir. Comenzamos a inclinarnos hacia un lado. Luego la parte delantera se hundió y la cola se levantó. Entonces cundió el pánico. Olía a gasolina y la gente gritaba y gritaba”, ha contado un pasajero a los medios.
Además, en la pieza subida a YouTube también hay imágenes de los servicios de emergencia en el exterior del avión cubriéndolo todo con una manguera para evitar un posible incendio.
Los primeros análisis del incidente dicen que el avión se detuvo gracias a su tren de aterrizaje, el cual se hundió en la ladera (extremadamente fangosa). En algunas imágenes de los medios turcos también se ha podido apreciar un motor a reacción separado del avión flotando en el Mar Negro.
Sea como fuere, ninguna de los 168 personas a bordo, incluidos los pilotos y la tripulación, resultaron heridas en el incidente. Un hecho ciertamente increíble que dice mucho y muy bien de las mejoras en el sector aéreo, de hecho, el 2017 fue el año más seguro de la historia de la aviación. [The Guardian]