
La disentería es una enfermedad infecciosa que se caracteriza por la inflamación y ulceración del intestino grueso acompañada de fiebre, dolor abdominal y diarrea con deposiciones de mucosidades y sangre. Un hombre se ha tomado un estupendo batido de este cóctel para ayudar a desarrollar una vacuna.
Se calcula que la bacteria Shigella causa alrededor de 80 a 165 millones de casos de Shigellosis por año, y de estos, mata a unas 600.000 personas al año. Un subtipo de shigella, S. dysenteriae, causa disentería epidémica o gastroenteritis infecciosa que provoca diarrea con sangre. Se contrae en gran medida a través de la ruta “fecal-oral”, al consumir agua y alimentos contaminados, el contacto con superficies que contienen la bacteria o el contacto sexual.
Por todo ello, la ciencia lleva tiempo en la búsqueda de una vacuna que pueda paliar la enfermedad. ¿El problema? Que se necesitan ensayos de los denominados como “desafíos humanos”, ensayos donde las personas se infectan con bacterias para poder para probar la eficacia de la vacuna.
La buena noticia es que siguen existiendo héroes dispuestos a emprender la terrible experiencia, sabiendo que podrían ser uno de los participantes desafortunados que pasarán varios días experimentando una diarrea desagradable bajo una estrecha supervisión.
Jake Eberts fue uno de estos héroes. El hombre participó en un ensayo de fase dos que se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland. Por ello le pagaron entre $3150 y $7350. Además, reportó a través de su cuenta de Twitter con todo tipo de detalles la experiencia. Primero recibió inyecciones en febrero y marzo antes de su estancia como paciente hospitalizado, sin saber si estaba recibiendo la vacuna o un placebo.
Luego llegó la peor parte: beber un “Batido de Shigella” (como él mismo lo llama) para inducir la infección.
Al parecer, al comienzo se sintió bien, pero el quinto día se despertó de madrugada con calambres, sospechando que pronto se convertirían en disentería. Tal y como explicó:
La fiebre y los escalofríos se pusieron muy feos alrededor de las 4 a. m. Todavía no tengo diarrea, pero el revólver de la diarrea de Chéjov ahora cuelga sobre mí y cada vez que me tiro un pedo estoy apretando el gatillo en el peor juego de ruleta rusa del mundo.
Y luego contó cómo pasó “lo inevitable”:
Probablemente alrededor de las 3 de la tarde de ayer es cuando las cosas se pusieron realmente feas. Fui al baño y cada parte de eso (levantarse, caminar, agarrar papel higiénico) se sintió como un esfuerzo hercúleo. Estaba tan exhausto que simplemente me acosté en el piso del baño durante varios minutos. Sentí como 15-20 minutos, pero en el mejor de los casos estaba un poco lúcido, así que realmente no tengo idea. Las enfermeras rápidamente se dieron cuenta de que había un problema y me esperaron fuera del baño. El Dr. Chen entró rápidamente y comenzaron a tratarme.
Cuentan los doctores que tras un tratamiento con antibióticos para la infección y tras varias horas donde el paciente lo pasó muy mal, comenzó a mejorar. También han explicado que ahora estudiarán las deposiciones que obtuvieron durante el ensayo para ver la cantidad de anticuerpos IgA contra Shigella que contienen, lo que permitirá al equipo saber lo efectiva que es la vacuna.
Tras la experiencia, Eberts comentó lo siguiente:
No quiero hacerme pasar por la Madre Teresa aquí, no habría hecho esto gratis. Es una gran pregunta pedirle a alguien que tenga disentería.
Según el doctor Wilbur Chen, que dirige el ensayo, espera una protección del 70 por ciento de la vacuna, y dice que si no muestra una protección de ese 50 por ciento contra la enfermedad grave, desafortunadamente la vacuna habrá fallado. [IFLScience]