Una noche oyes ladrar a tu perro. Te incorporas y ves una sombra de gran tamaño cruzar el dormitorio. Cuando enciendes la luz no hay ni rastro del perro. Solo huellas de puma y gotas de sangre. Parece una película de terror, pero acaba de pasarle a una mujer en Pescadero, California.
La dueña del perro es una mujer llamada Vicky Fought, y dormía con su hija de 12 años cuando tuvieron lugar los hechos. La perra desaparecida es de raza Podenco portugués pequeño, una variedad que apenas supera los seis kilos de peso.
Al oír los ladridos, la señora Fought pensó que su mascota simplemente estaba ladrando al otro perro de la familia. Minutos después de que cesaran los ladridos, la mujer se alarmó al divisar una sombra saliendo de la casa demasiado grande para ser el otro perro. El departamento del Sheriff del condado no ha encontrado más huellas que las que el puma dejó en el interior de la vivienda y no se va a perseguir al animal porque de hecho es una especie protegida. Los vecinos han sido alertados para que cierren bien puertas y ventanas
Adaptables y oportunistas, los pumas no dudan en merodear zonas habitadas por el hombre si entran dentro de sus vastos territorios de caza. La presencia de estos felinos no debe tomarse a la ligera. Un puma o león de montaña adulto alcanza con facilidad los 70 kilos de peso (las hembras son un poco más pequeñas). Es el cuarto felino más grande del mundo.
Aunque los encontronazos con seres humanos son muy raros y el puma no reconoce a nuestra especie como una presa, no es la primera vez que se registran ataques. Desde 1890 se han registrado 108 ataques confirmados a humanos con una veintena de muertes solo en América del Norte. Cincuenta de los cuales se han producido desde 1991. El territorio del Puma en los continentes americanos es muy vasto. Se ha a estos magníficos animales tan al norte como Canadá, y tan al sur como la cordillera de los Andes. [NBC vía Daily Mail]