
Ya es oficial: Nvidia ha tirado la toalla con Arm y finalmente no comprará la compañía de SoftBank, pese a haber anunciado hace más de un año y medio la que prometía ser una de las adquisiciones tecnológicas más importantes de la década.
“Arm tiene un futuro brillante y continuaremos apoyándolos orgullosamente con sus licencias en las próximas décadas”, afirmaba el director ejecutivo de NVIDIA, Jensen Huang. “Aunque ya no seremos una única empresa, nos asociaremos estrechamente con Arm. Espero que Arm sea la arquitectura de CPU más importante de la próxima década”.
La adquisición de Arm se ha enfrentado a un escrutinio regulatorio desde que se anunció la compra en septiembre de 2020. Los organismos reguladores de Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea iniciaron investigaciones sobre la adquisición y, en diciembre del año pasado, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos interpuso una demanda para detener la transacción, argumentando que Nvidia sería demasiado poderosa si controlase una empresa cuyos diseños de chips se utilizan en productos de empresas rivales y en diversas industrias.
Las presiones de los mecanismos reguladores sobre la compra de ARM son las que finalmente han hecho que Nvidia haya decidido echarse para atrás. “Ambas partes acordaron rescindir el acuerdo debido a los importantes desafíos regulatorios” explicaban desde Nvidia.
Los reguladores no son los únicos que se oponían a la adquisición. Los rivales de Nvidia también denunciaron la compra, alegando que Arm no podía mantener su independencia trabajando bajo una empresa que competía directamente con ellos. Empresas de la talla de Microsoft, Qualcomm, Intel o Amazon, fueron algunas de las que se opusieron al acuerdo. Como explicaba Bloomberg hace unos meses, estas compañías han estado trabajado con reguladores de todo el mundo para impedir que se produjese finalmente la compra.
Ahora Softbank, la empresa propietaria de ARM, recibirá una indemnización 1250 millones de dólares por la ruptura del acuerdo, y ha anunciado su intención de lanzarse a bolsa antes de un año.