La concentración es una musa veleidosa. A veces está ahí, a veces no, a veces consigue que terminemos el trabajo en un tiempo récord y a veces nos tiene tardes, días, semanas con una tarea en el tintero. La cuestión es que hay métodos, bastante simples, que ayudan a concentrarse de manera efectiva. Estos son los mejores.
Cierra todo excepto lo que estés haciendo
He empezado por el más obvio pero también por el más importante. Las malas noticias: la multitarea no existe. En serio, no existe, y hay varios estudios dando cuenta de ello desde hace varios años. El cerebro humano es incapaz de estar plenamente concentrado si estás haciendo dos cosas a la vez. Las buenas noticias: hay maneras muy simples de evitarlo. La más obvia es esta: cierra todo tipo de programa, aplicación, pestaña e incluso la música que estés escuchando. Luego deja que el cerebro primero se enfoque y después se obsesione lentamente con lo que estás haciendo.
Hay herramientas que bloquean notificaciones, la mayoría de sistemas operativos móviles ya incluyen un modo “No molestar” y aquí hay una buena lista de herramientas que bloquean el acceso a determinadas páginas web.
Los primeros minutos son los más difíciles
Algunos dicen que son 10, otros que 5 y otros que 25. No importa. La cuestión es que el estado mental y psicológico que divide tu cerebro entre divagar aleatoriamente y concentrarte de manera efectiva en algo muchas veces se concibe como una barrera. Dicho de otro modo, a tu cerebro le gusta seguir haciendo lo que está haciendo en ese momento. Le gusta la continuidad, y no el cambio. Pero una vez lo hace, el resto va mucho más rodado. Eso es lo que determina la regla de los 5 minutos. Sólo tienes que hacer un esfuerzo, breve pero intenso, al comienzo. El proceso de acomodación puede.
Utiliza la técnica Pomodoro
Pomodoro es un sistema de productividad bastante popular que basa su efectividad en el principio anterior. Divide tu tiempo en fragmentos de 25 minutos, también llamados Pomodoros y que a su vez están separados por descansos de 5 minutos. Cada 4 Pomodoros llega un descanso más largo, muy importante, de 15 minutos. La clave de Pomodoro es que en cada uno de ellos tienes que dedicarte a la tarea con toda la intensidad posible. No puedes hacer otra cosa. Esa explosión de concentración da como lugar momentos muy productivos al tiempo que oxigenamos la mente con descansos frecuentes. Aquí hay varias herramientas para cada sistema operativo que te serán de utilidad con el método Pomodoro.
Previsualiza tus tareas antes de comenzarlas
Es mucho más fácil dedicarse a hacer una serie de tareas, ya sea estudiar o hacer las tareas de la casa, sabiendo que tienen un fin concreto. Es decir, trabajamos mejor si sabemos en qué porcentaje de trabajo realizado nos encontramos y cuánto nos falta. Aplicaciones y herramientas para conseguirlo hay en abundancia, mis dos favoritas son Wunderlist y Todoist.
Power naps
Lo más sorprendente de las Power Naps no es que funcionen, si lo increíblemente bien que lo hacen. La teoría detrás de las mismas es bastante simple: un periodo breve de sueño que evita que entremos en sueño profundo con la intención de revitalizar y descansar el cerebro.
La lista de virtudes que las alaban es larga, e incluso la NASA las utiliza en operaciones especiales. Los conceptos básicos en torno a las mismas pasan por realizarlas en un entorno ligeramente iluminado (no totalmente a oscuras), con la ropa de diario convenientemente aflojada para que nos presione y con el estado mental de entender que no será un sueño muy largo. Las tiendas de aplicaciones para móviles están llenas de apps que te ayudan a tener una power nap efectiva. Esta es mi favorita.
Separa las tareas pesadas pero recurrentes y dedícales un tiempo
El primer apartado tenía (algo) de trampa. Es completamente cierto pero la realidad es que muchas veces la naturaleza de nuestro trabajo no nos permite enfocarnos en una sola cosa ignorando el resto. Por ejemplo, revisar el mail, o consultar las últimas noticias importantes, o revisar el resultado de un proceso. ¿La mejor solución? Dedicarles apartados específicos de tiempo. Pueden ser los últimos minutos de un pomodoro, o aprovechar el descanso entre ellos para tal efecto. La cuestión es estandarizar, organizar, cuándo le dedicamos atención a esas tareas recurrentes, no dejarlas al libre albedrío.
Si escuchas música, escógela cuidadosamente
La música puede convertirse o bien en un impulsor serio de la productividad, que nos empuja a ser más eficientes al tiempo que nos relaja, o en una fuente constante de distracciones. La cuestión es que no funciona de la misma manera para todo el mundo. La norma más general es que las canciones con letras y/o mensajes distraen mucho más que la que es simplemente instrumental. También la música muy aguda o estridente.
Pero no es siempre así, hay personas que se concentran con una buena dosis del Dark Metal más oscuro a todo volumen. ¿Mi consejo? La mayoría de bandas sonoras son con diferencia la mejor música de fondo para trabajar tranquilo y relajado.
Imagen: antoniodiaz/Shutterstock
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