
Seguro que tú también has conocido a alguna persona de esas que echan mano a un bolígrafo siempre que pueden. ¿Les preguntas indicaciones para ir al estanco? Agarran una servilleta y te dibujan cómo llegar. ¿Toca hacer la lista de la compra? Seguro que te lo dejan todo bien anotadito en un Post-it pegado en la puerta de la nevera. Ah, y por supuesto son los mismos que siempre necesitan tener los libros en papel para poder subrayar y garabatear las páginas a su antojo. Bueno, pues el último Kindle de Amazon ha sido diseñado con ellos precisamente en mente.
Por si alguno aun no lo sabe, hablamos del nuevo Kindle Scribe, un eReader de tamaño XXL que, por primera vez, nos dejará hacer algo más que leer eBooks sobre él. ¡Ahora también podremos escribir! Después de pasar más de un mes probándolo a fondo podemos asegurar que, aunque este Kindle tiene todavía tiene unas cuantas cosas que mejorar, ofrece un nuevo set de herramientas para todos aquellos que buscan hacer más cosas con este tipo de dispositivos.
Un Kindle XXL
El Kindle Scribe que nos compete hoy es una especie de versión vitaminada del Kindle Paperwhite de Amazon, tanto a nivel de software como de hardware. Pero empecemos por lo físico: con sus 10,2 pulgadas, el Scribe es una de las pantallas de tinta electrónica más grandes del mercado. Es una pasada tener una pantalla de esas dimensiones y encima con una resolución de 300 ppp, pero sus 433 gramos de peso hacen que no sea especialmente cómodo sujetar este dispositivo con una sola mano, sobre todo si vamos a pasar un largo rato leyendo. Colócalo sobre algún soporte o prepárate para usarlo con las dos manos sí o sí.
Algo que habrás podido intuir ya por las fotos —y que obviamente es la gracia de este dispositivo— es que este Kindle Scribe no viene solo. Su escudero es un estupendo lápiz óptico que se sujeta a la zona imantada de uno de los laterales del Kindle. Me hubiese gustado que se pudiese sujetar también a la parte superior o inferior del dispositivo, pero es algo que podrás solventar si te haces con una funda protectora para el Scribe.

Este lápiz óptico funciona con tecnología de resonancia electromagnética, por lo que no será necesario que lo conectes al Kindle Scribe mediante Bluetooth ni tampoco tendrás que cargarlo nunca, así que ahí va una preocupación más que te puedes quitar de encima. Existen dos modelos de lápiz: el básico (que, como su nombre indica es... básico) y la versión Premium, que cuenta con un botón configurable en el lateral y un borrador en la otra punta del lápiz. Eso sí, apostar por la opción Premium conllevará un sobrecoste de 30 € más.
De nuestra experiencia con el lápiz óptico de Amazon solo podemos decir cosas buenas. La tecnología de pantalla que hace funcionar este el stylus ha sido diseñada por Wacom, que tiene una dilatada experiencia con este tipo de dispositivos, de ahí que a nadie le extrañe lo bien que responde el lápiz a nuestros trazos. El lápiz en sí resulta ligero y también muy cómodo de sostener y su botón configurable nos permitirá tener más a mano herramientas como el subrayador o un atajo para crear notas. También puedes desactivarlo por completo si lo prefieres, claro.

No te voy a decir que escribir o dibujar sobre la pantalla del Kindle Scribe es exactamente igual que hacerlo sobre un papel, pero se le parece mucho. El lápiz capta a la perfección todos nuestros trazos, y además lo hace con una rapidez sorprendente. Me daba miedo que hubiese podido haber algo de lag al escribir, algo que habría arruinado por completo la experiencia, pero afortunadamente ese no ha sido el caso.
Dentro del menú podremos seleccionar hasta 5 grosores de trazo diferentes y también podremos hacer lo mismo con el subrayador y la goma de borrar. Hubiese estado bien que la oferta de pinceles/lápices fuese un poco más amplia, pero tampoco me ha parecido una pega tan relevante.

Este software todavía tiene que mejorar
Vale, ya hemos comentado que la escritura con el Kindle Scribe está muy conseguida. ¿Pero qué podríamos querer escribir sobre él? Pues bien, Amazon ha vislumbrado dos caminos diferenciados con los que sacarle partido a este Kindle.
El más complejo (y completo) de ambos es la opción de crear nuestra propia colección de cuadernos. Desde una nueva sección del menú, podremos crear los cuadernos que queramos a partir de una serie de plantillas que nos ofrece Amazon. Existen modelos en blanco o con puntos para que dibujemos a nuestro antojo, también otras plantillas más estructuradas que permitan usarlo como calendario o agenda, e incluso algunas más particulares como listas de tareas o de storyboards por si tenemos necesidades algo más innovadoras. En la teoría, todo esto suena genial, y podría parecer que este dispositivo incluso podría llegar a sustituir nuestros cuadernos en papel, pero en la práctica...

Pongamos algunos ejemplos para que entendáis a qué me refiero. Tenemos una plantilla que claramente ha sido pensada para usarse como agenda. Sin embargo, no cuenta con ninguna opción para numerar las páginas en función de los días del año, por lo que al final no acaba resultando muy útil para ese cometido. Existen también otras limitaciones más frustrantes, como que no podamos combinar diferentes plantillas en un mismo cuaderno o que no podamos saltar a páginas determinadas, teniendo que pasar una a una todas las páginas para llegar a la que buscamos. Pero es que además también se echan en falta algunas opciones más avanzadas, como la posibilidad de editar nuestros cuadernos desde el teléfono móvil o convertir nuestras palabras manuscritas a texto automáticamente. Sin duda, aquí queda trabajo por delante.
La otra funcionalidad que ha pergeñado Amazon es la opción de añadir anotaciones sobre las páginas de los libros o documentos que estamos leyendo. Al crear una nota, se mostrará un pequeño icono que podremos desplegar para poder leerlo en su totalidad. Esta función es mucho más útil en archivos PDF, puesto que sobre ellos sí que podremos escribir y dibujar libremente, sin tener que utilizar el encorsetado sistema de notas. Eso sí, no funcionará con los PDF que pases al Scribe vía USB, sino que tendrás que cargarlos con la opción de Enviar a Kindle, por lo que de nuevo nos topamos con una molesta limitación que parece, cuanto menos, innecesaria.

Pero olvidémonos por un momento de la escritura y hablemos del resto de atributos de este Kindle, empezando por su monstruosa batería. Según los cálculos de Amazon, el Kindle Scribe tiene autonomía para aguantar hasta 12 semanas con media hora de uso al día. Si hacemos uso del lápiz a diario, esa cantidad puede bajar hasta 3 semanas, pero la realidad es que haciendo un uso estándar del Kindle puedes pasarte un mes sin tener que echar mano al cargador.
La interfaz del Scribe también ha sido diseñada con mimo y nos da la posibilidad de alternar rápidamente entre nuestros cuadernos y nuestros ebooks favoritos. Por supuesto, al igual que las nuevas versiones del Kindle Paperwhite, el Scribe también cuenta con una luz cálida ajustable, que incluso podemos programar automáticamente para que se active al caer el sol. Verás que leer en él es una delicia, con iluminación o sin ella.

En resumen
Como pieza de hardware el Kindle Scribe es una maravilla. Tiene una pantalla gigante con muy buena definición, un sistema de escritura la mar de conseguido, batería para dar y tomar y, además, pone fácilmente a tu disposición la enorme biblioteca de libros y cómics de Amazon. Pero sin duda estamos ante un dispositivo caro y que aun tiene bastantes cosas por mejorar. Si Amazon se toma sus deberes en serio, el Kindle Scribe tendrá mucho recorrido por delante, si no, nos quedaremos pensando en lo que pudo haber sido.