A la hora de irnos de viaje, elegir entre llevarnos una maleta o una mochila no es una decisión que se deba tomar a la ligera, puesto que una mala elección nos podría fastidiar el viaje.
Para evitar que esto te pase, hemos recopilado una serie de pros y contras basados en preguntas sencillas como por ejemplo cuánto tiempo dura tu viaje, qué vas a hacer, durante que estación del año viajarás, cuántos desplazamientos tendrán lugar una vez llegues, qué clase de infraestructuras tiene tu destino o qué piensas traerte de vuelta.
Para simplificarlo lo más posible, lo más conveniente es separar los tipos de equipaje en 3 tipos: maletas, mochilas pequeñas (de las que caben bajo el asiento del avión) y mochilas grandes (las típicas de los mochileros).
Pros y contras de las maletas
Las maletas son la mejor opción si te vas a dirigir a un solo destino y planeas quedarte allí hasta la fecha de vuelta a casa. En este tipo de viajes no existe una necesidad real de transportar tu equipaje a todas partes, por lo que son lo más recomendable si viajas a casa de un familiar o si has reservado una estancia larga en un hotel.
Pros
- Las maletas de cuerpo rígido son muy resistentes a los golpes y a las inclemencias de algunos viajes, con el añadido de que podemos cerrarlas con llave, código o bien con un candado, si nos preocupa la seguridad.
- Pasearse por un aeropuerto con una maleta provista de ruedas es mucho más cómodo que llevar una mochila cargada a la espalda.
- Volver a guardar tu ropa en una maleta es muchísimo más fácil que guardarla en una mochila de carga superior, a menos que seas un maestro del Tetris.
- La mayoría de las maletas, especialmente las de cuerpo rígido, son impermeables.
- Algunas maletas facilitan separar la ropa sucia de las limpia. Organizar la ropa con en una maleta es mucho más fácil, permitiéndote separar con facilidad.
Contras
- Llevar una maleta se acaba haciendo pesado, más aún en suelos con adoquines, tierra o cualquier otro suelo que no sea liso y uniforme.
- Arrastrar una maleta en una ciudad llena de gente o en el transporte público suele ser tremendamente molesto, puesto que dispondrás de una menor movilidad y tendrás que ir con mucho cuidado de no chocar o golpear a nadie.
- Precio. Al final siempre vamos a caer en lo mismo, el dinero. Una buena maleta, de cuerpo rígido, con buenos cierres, ruedas silenciosas y buenas asas, te puede costar un par de cientos de euros.
Si andas buscando una buena maleta, tenemos una selección hecha por los lectores de nuestros compañeros de Lifehacker o también te podemos sugerir la Timbuk2 Co-Pilot debido a que cuenta con varias opciones de organización del interior y ofrece un fácil acceso al compartimento superior.
¿Cuándo elegir una maleta?
Como decíamos antes, la maleta es especialmente destacable cuando te vas a dirigir a un destino turístico en el que no vas a necesitar transportar nada más durante tu estancia o si viajas a algún evento en el que necesitas llevar cierto tipo de ropa, como por ejemplo, un viaje de negocios o a una boda.
Pros y contras de las mochilas pequeñas
Las mochilas pequeñas son la opción más sensata para fines de semana largos o viajes cortos. También son adecuadas si eres de los que prefiere viajar con un equipaje muy específico y no te importa hacer la colada de vez en cuando durante tu viaje.
Pros
- Pequeñas y fáciles de transportar, ofrecen una gran movilidad, por lo que podrás correr por los túneles del metro si llegas tarde sin preocuparte de nada o transportarla fácilmente en cualquier vehículo sin problema alguno.
- Cabe muy fácilmente bajo el asiento del avión y no debe facturarse, puesto que lo pasarás como equipaje de mano.
- Este tipo de mochilas son muy versátiles. Podrás llevar algo de ropa o cualquier cosa que se te ocurra (y quepa en ella) una vez que llegues a tu destino.
- Son mucho más económicas que una maleta, además de que te ayudarán a no entrar en gastos innecesarios ya que su capacidad es limitada. Esto, por otro lado, también podría verse como un punto en contra.
Contras
- Las mochilas más pequeñas suelen ser de carga superior, lo que significa que tendrás que sacar todo el equipaje si necesitas algo que esté en el fondo de la mochila.
- Las mochilas ya entran en el terreno de lo personal, por lo que siempre hay que invertir tiempo en dar con la que mejor se adapte a ti. Puede ser que tengas que invertir una cierta cantidad de tiempo probando entre modelos.
- Su tamaño puede ser un gran problema si vas a viajar a zonas con climas diversos y necesitas una variedad de ropa que te permita adaptarte a todos.
- Una mochila no es tan robusta como una maleta, por lo que es mejor evitar sentarse sobre ella o tirarla al suelo.
- Olvídate de sacar la ropa bien plegada o de poder organizarla, te verás obligado a enrollar la ropa y a meterla como puedas en su interior.
Si no tienes muy claro por donde empezar a buscar una de estas mochilas, no te preocupes, tenemos también una recopilación de las mejores mochilas del año pasado, otra basada en los gustos y la experiencia de los lectores de Lifehacker así como una guía para que aprendas a elegir la que más se ajuste a ti.
¿Cuándo una mochila pequeña es mejor?
La mochila pequeña es la reina de los viajes cortos y las escapadas de fin de semana, otorgando mucha movilidad y facilidad de transporte.
Pro y contras de una mochila grande
Este tipo de mochilas pueden ser tu mejor opción si quieres combinar movilidad y capacidad, a cambio de sacrificar algo de resistencia.
Pros
- Es más fácil de mover que una maleta y puede albergar casi la misma cantidad de ropa si las organizas bien.
- Cuanto más grande sea la mochila, más bolsillos tendrá. Cuantos más bolsillos, mejor podrás organizar tus cosas.
- Si eres de los que suele llegar tarde, una mochila grande te ayudará a moverte con más fluidez y velocidad que una maleta.
- Multi-uso en el que se puede utilizar como se pretende, para mochilero, o para viajar.
- Por lo general, incluso las mochilas más baratas de este tamaño pueden soportar una paliza, por lo que no deberían de tener problema alguno en sobrevivir a un viaje largo en la bodega del avión o al, en ocasiones, negligente trato del personal de carga del aeropuerto. De hecho, es bastante posible que buena parte de las aerolíneas te la dejen subir al avión, aunque tendrás que alojarla en el compartimento que hay sobre el asiento.
- Al llevarla a la espalda, la probabilidad de que te la roben o de que saquen algo de su interior es muy reducida.
Contras
- Las mochilas más grandes pueden ser costosas y es más difícil encontrar una que se ajuste bien a tus requisitos o a tu constitución física.
- Mantener a salvo el contenido de una mochila de estas dimensiones con 10 compartimentos y bolsillos es mucho más complicado que en una maleta.
- No importa lo fuerte que creas que eres, cargar con una gran mochila llena hasta los topes durante todo el día destrozaría hasta al mismísimo Dwayne Johnson.
- Incluso teniendo la mochila totalmente abierta, sigue siendo más difícil organizar el contenido que en una maleta.
- Plegar ropa en una mochila, por grande que sea, siempre es un dolor de cabeza y una práctica poco aconsejable.
- A menudo es un poco difícil encontrar una mochila de un tamaño adecuado, ya que muchas de ellas, si no están llenas, tienden a asentarse en los hombros de un modo un tanto extraño.
¿Cuándo una mochila grande es mejor?
Este tipo de mochila es perfecto para aquellos que requieran de una movilidad alta, así como de una capacidad de carga elevada para viajes largos que requieran de muchos desplazamientos o para los aventureros que quieran ir en modo off-road.
Existe una gran variedad de opciones de este tipo de mochilas. La Osprey Farpoint es una de las más populares, junto a la North Face Overhaul 40, la Travel Bag de Topo Design o la Tri-Star de Tom Bihn.
Cómo de costumbre habrá quien prefiera una opción muy por delante de las demás, pero hay que ser consciente de que cada tipo de viaje o destino implica un tipo de equipaje concreto y hay que saber elegirlo con conocimiento de causa.