
Napoleón fue encarcelado y desterrado por los británicos a la isla de Santa Elena el 15 de julio de 1815. Allí moriría seis años más tarde situando en el mapa internacional una de las islas más remotas del planeta. Desde hace unos años, el enclave también cuenta con el “aeropuerto más inútil del mundo”.
Santa Elena es una isla británica del océano Atlántico sur ubicada a más de 1800 kilómetros de distancia de la costa occidental de Angola (África). La isla fue descubierta el 21 de mayo de 1502 por Juan de Nova, un marinero español al servicio del rey de Portugal que se encontraba regresando de un viaje desde la India. En cuanto al nombre, se escogió por Helena de Constantinopla.

Su aislada ubicación del resto del planeta, prácticamente en medio de la nada, flotando en el océano entre Brasil y la costa africana, la hacen única, de hecho, hasta hace muy poco la única forma de acceder a ella era por mar en un viaje de cinco noches desde la Ciudad del Cabo.
Sin embargo, esta pequeña odisea para salir de la isla de sus alrededor de 4.500 habitantes debía cambiar con el nuevo aeropuerto. Que se sepa, al menos desde la década de 1930 ha habido noticias y rumores de su construcción, pero durante años los planes fueron abortados por un cúmulo de circunstancias y obstáculos, desde problemas con el terreno rocoso hasta el impacto ambiental de especies en peligro de extinción.

En 2016 por fin parecía que el proyecto del aeropuerto se iba a convertir en realidad, pero cuando se encontró una ubicación adecuada los sobrecostes se elevaron hasta detener la obra.
Finalmente, el aeropuerto se terminó con un coste de 374 millones de dólares, aunque un nuevo contratiempo obligó a retrasar su apertura hasta el año siguiente. La razón: los vuelos de prueba se encontraron con serios problemas relacionados con el clima, y desde entonces, el aeropuerto de Santa Elena se apodó como el “el más inútil del planeta” debido a la idoneidad (o no) de abrirlo.
Sea como fuere, hoy los problemas se han resuelto en gran medida, y desde entonces los lugareños esperan que la isla sea un lugar más atractivo para los turistas. [Wendover Productions]