Las partículas cuánticas pueden estar en diferentes estados de existencia. Lo que el entrelazamiento cuántico implica es que el estado de una es diferente al de la otra y ambos son inseparables. Si algo afecta a uno de los estados, el otro cambiará en consecuencia.

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¿Cómo funciona la teletransportación entonces? Añadiendo una partícula nueva y haciendo que se entrelace con una de las dos partículas que ya estaban entrelazadas entre sí. La parte complicada es que para que ese entrelazamiento tenga éxito no podemos observar el estado de la partícula, lo que obliga a trabajar mediante complejos cálculos con los que averiguar si el entrelazamiento ha tenido éxito o no.

Si es así, lo que ha ocurrido es que el estado de la partícula que hemos entrelazado con una de las partículas previamente entrelazadas ha pasado a ser el estado de una partícula idéntica al otro lado. Para ello, por cierto, hace falta cierta materia prima. No se crea una partícula de la nada. En cuanto a la original, los propios cálculos que hemos hecho la han reducido a sus unidades mínimas de información. Se ha destruido.

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Si aplicaramos esto con seres humanos, tendríamos que la persona se destruye en un lado y se reconstruye a partir de material genético en el otro. ¿Es la misma persona? Es imposible saberlo y en el debate ni se tienen en cuenta aspectos como los conocimientos o recuerdos que esa persona tenía.

Para ver todos los cálculos, solo tenéis que ver el vídeo de One Minute Physics. ¿Será posible aplicar este sistema a objetos más complejos que un fotón en el futuro? En teoría sí, pero no apostaría por ello en un plazo breve. [One Minute Physics vía Popular Mechanics]