Debo confesar que el final de la quinta temporada de Juego de Tronos me ha dejado completamente aterrado, pero no por la muerte de ESE personaje, ni por la de ESE otro. Mientras Internet hace quinielas sobre quien vivirá y quien no en la sexta temporada, a mi solo me preocupa el destino de un personaje en el que nadie ha pensado. (Ojo, spoilers suaves a continuación).
Ese personaje no es otro que George R.R. Martin, bastardo de la casa HBO.
Y no, no me preocupa su estado de salud. Ojalá fuera algo tan fácil como ponerle a dieta y hacerle correr un poco. Los médicos aseguran que a sus 66 años, el bueno de Martin tiene una salud de hierro. Lo que me preocupa es que George no haya sido capaz de aplicarse el ejemplo de los cientos y cientos de personajes a que ha matado en sus propios libros.
El “error” de Martin
En Canción de Hielo y Fuego, los protagonistas tienen la desagradable costumbre de morirse. Se mueren todo el rato, incluso los que nos caen bien... especialmente los que nos caen bien. Sin embargo, y aunque lo parezca, no lo hacen gratuitamente o porque Martin sea un sádico. Si lo pensamos, los que se mueren suelen hacerlo porque cometen errores tan de bulto que les llevan irremisiblemente a su muerte. Khal Drogo, Eddard Stark, Viserys Targaryen, Robb Stark... todos, en algún momento, la pifian de una manera tan salvaje que se buscan la ruina ellos solos.
Ese ánimo aleccionador de Martin a la hora de señalar los errores ajenos no ha cuajado mucho en la mente del escritor ¿Cuál es el error de Martin? Lo cometió hace unos seis años, y es haber dado permiso a HBO para rodar la serie Juego de Tronos cuando ni siquiera había acabado las novelas.
Sí, lo se. Es hipócrita e injusto acusar a Martin de ambición. Yo hubiera hecho exactamente lo mismo en su lugar, y seguro que George vive ahora mucho mejor que antes de la serie. No le culpo por querer hacerse rico, pero no dejo de preguntarme hasta qué punto Juego de Tronos (la serie) va a devorar por completo los libros en la que se inspira. La ambición de Martin ha puesto en marcha una cadena de acontecimientos que cambiará para siempre esta saga de novelas, y aún es muy pronto para saber con qué resultado. Lo que pase de aquí a un año va a ser crucial.
Una historia a dos velocidades
Pero adentrémonos en el motivo de mi preocupación. Originalmente, Canción de Hielo y Fuego estaba concebida como una trilogía, pero muy pronto Martin se dio cuenta de que había demasiada tela que cortar. Hasta la fecha, el autor asegura que la saga tendrá siete volúmenes. Los cinco primeros son:
- Juego de tronos (A Game of Thrones, 1996)
- Choque de reyes (A Clash of Kings, 1998)
- Tormenta de espadas (A Storm of Swords, 2 volúmenes. 2000)
- Festín de cuervos (A Feast for Crows, 2005)
- Danza de dragones (A Dance with Dragons, 2011)
Y quedan otros dos:
- Vientos de invierno (The Winds of Winter)
- A Dream of Spring (titulada provisionalmente como Sueño de primavera)
La serie, por su parte, lleva cinco temporadas. La primera de ellas se corresponde casi punto por punto con el libro, pero a partir de ahí HBO comienza a ir más lento. La segunda temporada apenas cubre la mitad del segundo libro. La tercera y la cuarta, sin embargo, aceleran y se corresponden a grandes rasgos con las dos entregas de Tormenta de Espadas.
Material agotado
Llegamos a la quinta temporada. Parecía lógico que HBO se ciñera a Festín de Cuervos y así ganar un año de margen para Danza de dragones mientras Martin termina Vientos de Invierno. Desgraciadamente, Festín de Cuervos (perdóname la expresión George) es un tostón. Como novela está bien, pero no se puede hacer una serie de diez capítulos sobre movimientos de tropas y gente viajando de un lado a otro. Alguien definió Juego de Tronos como “una serie sobre gente caminando y hablando todo el rato”, pero el cuarto volumen tal cual hubiera sido excesivo hasta para esa definición.
Comprensible, pero sorpresivamente, HBO ha tirado la casa por la ventana y ha fundido los acontecimientos del cuarto y quinto libro en una única temporada de infarto. Al término del capítulo 10, prácticamente no queda una línea argumental que no se haya puesto a la altura de las novelas. Ya no queda nada por contar, lo que nos deja con un problemilla. Si miramos las fechas de publicación, veremos que Martin ha tardado 5 y 6 años respectivamente en terminar sus dos últimos volúmenes. Si sigue esa tendencia, el próximo no llegará hasta 2016 o 2017. También sabemos que Martin no hará guiones para la sexta temporada.
Las alternativas
HBO necesita conocer este mismo año lo que va a pasar para empezar a rodar. La fase de pre-producción ya ha dado comienzo, lo que descarta que la cadena vaya a tomarse un descanso de un año. Además, los actores más jóvenes de la serie crecen rápido. No se pueden permitir esa demora.
No, los productores David Benioff y D. B. Weiss ya saben perfectamente lo que va a pasar, y eso es muy intrigante. ¿Qué tienen pensado para la serie? Se nos ocurren algunas ideas.
- Alejarse de los libros a la The Walking Dead: La popular serie sobre zombies está inspirada en una saga de cómics escritos por Robert Kirkman que llevan 12 años publicándose. Ambas historias tienen el mismo trasfondo, pero sus diferencias a nivel de trama son muy notables. HBO tiene guionistas con calidad de sobra para tomar las riendas de Westeros, pero dudo que a Martin le guste esta perspectiva.
- Agotar las tramas que no se han tratado: Hay miles de cosas que pasan en los libros y que no tienen reflejo en la serie. Arcos argumentales importantes como el de Lady Corazón de Piedra o Aegon Targaryen no se han tocado en absoluto. No es tan descabellado que la sexta temporada seleccione las tramas que no se han adaptado y las combine con algunos flecos que aún quedan de los libros publicados hasta ahora, como los avances de Arya como discípula en la Casa del Blanco y Negro.
- Escribir una historia completamente Nueva: HBO podría optar por hacer tiempo con una trama completamente nueva que ni siquiera aparezca en los libros. La guerra entre los Lannister y Dorne podría servir. El ascenso de los Bolton y una eventual nueva guerra en el norte también. La cadena negocia con Martin en qué punto terminar la temporada, y este simplemente da por sentados los acontecimientos de cara a su próximo libro. Fácil.
- Viajar en el tiempo: ¿Por qué no? La sexta temporada podría jugar con un flashback masivo que cuente los orígenes de la guerra entre las casas Baratheon y Targaryen. Incluso podrían remontarse más allá y explicar la construcción del muro, o cómo la dinastía Targaryen conquistó Westeros. Hasta podrían relatar la caída del imperio valyrio.
- Mantenerse fieles a Vientos de Invierno: Martin ha dejado indicaciones muy detalladas de la trama general de sus próximas novelas. Con esa información, y el permiso del autor, HBO podría simplemente relatar lo que va a suceder en Vientos de Invierno.
El gran problema de cualquiera de estas opciones es que supone hacer sacrificios importantes. Si HBO decide contar otra historia y no solucionar los acontecimientos que han quedado pendientes en la quinta temporada a más de un fan le va a dar un infarto. Por otra parte, si se ciñen a lo que va a pasar en los próximos libros, estarían haciendo un spoiler brutal a todos los lectores de la saga. A más de un lector le va a dar un infarto.
Un equilibrio precario
En un mundo ideal, Martin terminaría Vientos de Invierno antes de la sexta temporada. Mientras escribe, HBO rueda sus capítulos con las indicaciones que les haya dado el escritor. El libro se publica a principios de año, inmediatamente seguido de la serie. ¡Bang! La maniobra de marketing perfecta. A vender merchandising como locos.
Desgraciadamente, parece bastante dudoso que Martin vaya a terminar Vientos de Invierno antes de abril de 2016. Y si lo logra, lo que ya será imposible es que Sueño de Primavera llegue antes de tres años más como poco. En ese tiempo HBO tiene que decidir si terminar de contar la historia y hacer el spoiler literario más grande que se ha visto nunca, o crear su propia leyenda en torno al mundo de Canción de Hielo y Fuego.
HBO y Martin se enfrentan a la tarea de tejer una historia en precario equilibrio. En realidad, dudo mucho que Juego de Tronos salga perdiendo como serie. En parrilla hay shows infinitamente peor producidos y más aburridos. El que me preocupa, como mencionaba al principio, es Martin o, para ser exactos, su saga literaria. Pasar de novela original a novelización de una serie no es en absoluto un paso adelante.
Por otra parte, el frenético ritmo y la concreción del formato televisivo podrían acabar beneficiando la manera de contar la historia de Martin. El escritor tiene fama de extenderse en los detalles, y la presión de la serie podría traducirse en libros más concisos y con más acción que los anteriores. Por su extensión no creo que debamos preocuparnos. Martin ha previsto 1.500 páginas para Vientos de Invierno.
Hace ya años que empecé a sospechar que Canción de Hielo y Fuego podía morir de éxito. Espero fervientemente estar equivocado. Lo que sí tengo claro es que algunas noches, cuando se le olvida el saldo de su cuenta corriente, George R. R. Martin maldice el día en que vendió su creación a HBO. No te sientas mal, George. Podría haber sido peor. Podría haber sido la FOX.
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