¿Qué hacer si solo quieres tomar una copa de una botella de vino pero no quieres estropear el resto? Hay un sistema que ya conocimos hace un tiempo, pero ahora lo hemos probado, y funciona de verdad. El invento se llama Wine Access System 1000 y utiliza gas argón para extraer el vino de la botella sin tener que quitar el corcho. ¿Cómo?
Se trata de una especie de sacacorchos algo más aparatoso de lo normal. Se ajusta a la boca de la botella y se empuja el mecanismo para clavar una aguja a través del corcho sellado. Así:
Luego se activa un botón en la parte superior del aparato que inyecta una pequeña dosis de gas argón, un gas incoloro, inodoro y, por supuesto, no tóxico. El gas se sitúa en el espacio interior entre el vino y el propio corcho y presiona al líquido para ascender a lo largo de la aguja. Se inclina la botella y se sirve como se ve en la primera imagen. Listo. Para retirarlo solo hay que hacer el proceso inverso.
Lo bueno es que al ser la aguja tan fina y el corcho flexible, el agujero se cierra al instante y, como se puede ver debajo, no cae ni una gota de vino después. Es lo más parecido a una extracción de sangre, pero aplicado a las botellas de vino.
Se puede hacer este proceso hasta 20 veces en un mismo corcho. El artilugio no es barato, 300 dólares, pero pensado para botellas de vino muy exclusivo la idea tiene todo el sentido del mundo.