El aire acondicionado es una de esas maravillas modernas a la que la mayoría de nosotros nos hemos acostumbrado (quizás demasiado). Aunque no lo creas, en el pasado las personas sobrevivían sin contar con la comodidad de un aire acondicionado, y tú también puedes. Aquí encontrarás una guía para aceptar una vida sudorosa sin morir en el intento.
A veces no tienes otra alternativa. Mi viejo Nissan Altima tenía una falla bastante peculiar en la que el coche apagaba el aire acondicionado cuando la temperatura del motor subía. Lamentablemente, ese fue mi único coche durante una época, por lo que pasé muchos días calurosos y llenos de sudor en el verano hasta que pude solucionar el problema.
Sin embargo, algunos de los mejores coches que he conducido han descartado el aire acondicionado con la intención de reducir su peso, o sencillamente no les funcionaba. Eso no impedía que disfrutara al conducir. Me divertí mucho más conduciendo mi viejo Porsche 944 de carreras que la mayoría de coches modernos, y eso sin necesidad de aire acondicionado.
Del mismo modo, el Baja Beetle que me prestaron (junto a mi copiloto Dusty Ventures) para la inauguración del LeMons Rally no tenía aire acondicionado, y aún así atravesamos todo el Valle de la Muerte de California en pleno verano.
Aprovecha y aprende de todo lo que he sudado para que puedas afrontar este caluroso verano al volante.
Acepta que vas a sudar
Vas a sudar, y mucho. La cantidad de sudor que produzcas dependerá de varios factores, incluyendo la humedad, la temperatura y cómo tu cuerpo puede tolerarla. De cualquier forma debes tener algo claro: te bañarás de la cabeza a los pies en tu propio jugo corporal y no puedes evitarlo.
Si cuentas con varios coches a tu disposición quizás no sea buena idea usar un camión de la década de 1930 cuando estás a más de 35 grados, y se supone que debes llegar presentable al trabajo. Pero si no tienes otra opción, vístete acorde para la ocasión.
No te alises el cabello con un secador si sabes que en pocos minutos, gracias a tu transpiración, volverá a su estado natural (aunque lucirá mucho peor). Evita usar esa camisa que hace que se note demasiado el sudor de la axila (y que de paso nunca se seca). Usa ropa ligera y refrescante, y por tu propio bien asegúrate que todavía luzca decente cuando comiences a transpirar.
En general, acepta que vas a sudar mucho. Que no te importe. Que incluso te guste. Es eso o pierdes. Imagina que estás en un sauna. Yo soy una persona que disfruta de los saunas, e imaginar que mi coche es un sauna con ruedas por alguna razón me ayudó bastante a atravesar el verano. La gente suele pagar mucho dinero para sudar de esta forma, ¡y mi coche me lo está dando de forma gratuita!
Mantente hidratado constantemente
Ahora que estás cómodo con la idea de convertirte en una máquina de sudor, necesitas alimentar este sudor. Uno de los mayores riesgos de desplazarse en un coche sin aire acondicionado es la deshidratación, por lo que necesitas recordar tomar agua antes, durante y después de tu tiempo en el coche.
¿Tu orina parece más bien jarabe de arce? La orina bien hidratada es de color amarillo claro, así que esta es una buena señal para saber que no estás tomando suficiente agua.
Por otro lado, también hazle caso a tu sed. Si tu boca se siente como si te acabaras de comer un puñado de aserrín, no has tomado suficiente agua. Y sí, hablo específicamente de agua, la coca cola no te ayudará en lo absoluta. Los refrigerios salados o bebidas deportivas a veces pueden ayudarte a conservar líquidos, pero de todas formas necesitarás tomar agua constantemente.
Así que recuerda llevar agua contigo a todas partes. Incluso una botella de agua caliente debajo del asiento es mejor que nada.
Abre una ventanilla
Odio sentir cómo el viento me golpea el rostro, pero nada se calienta tan increíblemente rápido como un coche completamente cerrado en pleno verano. Vas a tener que dejar de el aire fluya en la cabina del coche para refrescar un poco y así no mueras de tanto calor.
Si el aire acondicionado de tu coche funciona parcialmente (no enfría casi nada, por ejemplo), podrías encenderlo y aprovechar sus ventiladores para crear un flujo de aire interno en el coche. Esto podría ayudarte por un breve período de tiempo, pero al final el ventilador comenzará a escupirte aire caliente en la cara.
Así que, te guste o no, tendrás que abrir la ventanilla y dejar que el aire de la calle entre al coche. Si te molesta puedes abrirla solo un poco, lo suficiente como para que entre aire pero no tanto como para que tu cabello lleno de sudor se mueva de forma descontrolada y se meta en tu boca.
El problema de esto es que de esta forma la temperatura dentro del coche te puede engañar, hasta un punto en el que no sabes qué tan caliente está realmente. Por ejemplo, yo no sabía qué tan caliente podía estar dentro de un Porsche 924S hasta que me bajé pero regresé unos minutos más tarde a buscar algo que había dejado dentro del coche, y me cacheteó una ola de calor (y mal olor) al abrir la puerta.
Al igual que en el caso de la hidratación, tendrás que estar muy atento acerca de cómo te sientes en el coche. Si abrir solamente un poco la ventanilla se siente muy caliente, tendrás que abrirla por completo para que entre más aire. Tu cabello se moverá sin control, pero al menos el interior del coche tendrá una temperatura tolerable y no te desmayarás al volante de tanto calor. Así que sencillamente sujétate el cabello y usa las gafas de sol más grandes que tengas.
Viaja más durante la noche
A menos que tu coche no tenga faros, la mejor forma de mantenerte fresco al volante es conduciendo de noche o al atardecer, cuando la temperatura haya viajado. El Sol no estará golpeando tus ventanas y convirtiendo tu coche en un horno gigante, y te sentirás menos como una hormiga siendo calcinada por un niño con una lupa.
Esto significa que tendrás que hacer algunas diligencias al oscurecer, o que te tendrás que despertar más temprano para ir a trabajar. Pero viajar de noche es una de las mejores formas de evitar empaparte en sudor mientras conduces.
Saber bien cuándo estacionarte o sencillamente no conducir
Si hay una moraleja de este artículo, esa sería: “escucha a tu cuerpo”. Es muy fácil distraerse durante el tráfico, escuchando buenas o malas canciones en la radio, mientras te limpias el sudor de la frente o por cualquier otra razón. Pero recuerda: mantenerte con vida es mucho más importante que cualquier otra cosa, incluso que llegar a tiempo a algún lugar. Si te comienzas a sentir mareado, débil o enfermo, detén el coche y busca un sitio fresco.
Si estás viajando con alguien, tendrás que tener aún más cuidado. Si viajas con un niño, una mascota o alguien muy sensible al calor, baja las ventanillas por completo y está muy atento de sus necesidades. Además, asegúrate de tener agua suficiente para ellos también.
Si tu o alguno de tus acompañantes necesita un descanso, tómalo. No es momento de llamarlos “cobardes” o “llorones” ni nada por el estilo. El calor del verano puede ser mortal, así que salgan del coche y sientas aire fresco, dejen que la brisa les seque el sudor y descansen un poco.
Está al tanto de tus límites y acéptalos, y de esa forma sobrevivirás a este verano. Quizás incluso lo disfrutes.
Todas las fotos: Stef Schrader.