Más allá de dejar unas imágenes para el recuerdo, el reciente sobrevuelo ha servido también para replantear el origen de Deimos. Hasta el momento, la teoría más extendida era que se trataba de un asteroide de tipo D que había quedado atrapado por la gravedad del planeta. Sin embargo, los científicos de la misión han observado que su superficie parece tener la misma composición que el planeta, por lo que posiblemente se formó a partir de un gran impacto hace millones de años.

“Cómo exactamente Fobos y Deimos llegaron hasta sus órbitas actuales también es un área activa de estudio, por lo que cualquier información nueva que podamos obtener sobre las dos lunas, especialmente Deimos, que la observamos con menos frecuencia, tiene el potencial de mejorar nuestra comprensión de los satélites de Marte”, concluía Al-Matroushi.