
Los que lo han probado suelen tener problemas para definir su olor. Huele a una mezcla entre excremento de cerdo, cebolla podrida y calcetines sudados y la peste es tan potente que puede captarse a decenas de metros. Es el durian, y ha vuelto a protagonizar un incidente cuasiterrorista. Esta vez en Alemania.
Una oficina de correos en la localidad de Schweinfurt, al norte de Baviera, ha tenido que ser desalojada después de que los empleados reportaran un olor espantoso que provenía de un paquete a la espera de recogida. El olor era tan surreal que el personal comenzó a sentirse indispuesto y llamaron a los servicios de emergencia bajo la sospecha de que el paquete podía contener algún tipo de gas tóxico.
La llamada movilizó a un total de 20 vehículos entre policía, bomberos y servicios de emergencia. 60 personas de la oficina fueron evacuadas y seis de ellas trasladadas al hospital para evaluar sus síntomas. Minutos después de tomar al asalto el inmueble, los bomberos abrieron el paquete y comprobaron que la supuesta amenaza bioterrorista no era otra cosa que un Durian, la famosa (o infame) fruta originaria de Tailandia y Malasia cuyo olor es objeto de controversia. Unos pocos lo aman, mientras que la gran mayoría lo encuentran nauseabundo.
El destinatario de la fruta era un vecino del pueblo de 50 años al que un amigo de Nuremberg le había enviado la fruta para que la probara. Es posible conseguir durian en algunos mercados exóticos fuera de su país de origen. En Tailandia su consumo está tan extendido y huele tan mal que está prohibido en no pocos espacios públicos incluyendo hoteles y transporte.
No es la primera vez que un durian siembra el pánico de manera accidental por su espantoso hedor. La fruta más apestosa del mundo ya desalojó a 500 personas de una Universidad Australiana en 2018. En China un conductor dio falso positivo en un control de alcoholemia por haber comido Durian. En el caso de Schweinfurt, la fruta fue devuelta a su destinatario. En unas declaraciones a CNN, la policía alemana justificó el despliegue como la precaución habitual ante un paquete sospechoso del que se desconoce su contenido. [BR vía The Guardian]