Cuentan los medios locales que la pérdida del pene de madera ha dejado al pueblo triste, principalmente porque se había convertido en un reclamo para muchos turistas que se acercaban hasta la zona para llegar y posar con el falo gigante mientras contemplaban las hermosas vistas.

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De hecho, la fábrica de cerveza Bernadibräu, situada en el camino a la montaña Grünten, aprovechó la obscena popularidad de la escultura para elaborar una bebida especial en su honor, la “Grünten-Zipferl”.

Mientras, la agencia de noticias alemana dpa informó que la policía de la ciudad vecina de Kempten está investigando la escultura del pene desaparecida, aunque no está claro si existe delito, ¿cómo se “roba” algo que en realidad no pertenecía a nadie?

La situación en este caso se parece a lo ocurrido con el monolito de Utah, aunque allí las autoridades advirtieron que se trataba de un acto ilegal “plantar” un monolito. [Mashable, The Guardian]