
La Sonata para dos pianos en Re Mayor K448 es una leyenda dentro de la ya de por sí legendaria música de Mozart. La razón es que esta animada pieza musical pensada para dos intérpretes de piano tiene un extraño efecto sobre el cerebro y parece que hasta calma dolencias como la epilepsia.
En general se dice que toda la música del genio de Salzburgo tiene efectos positivos sobre diferentes funciones del cerebro, pero la K448 es especial en ese sentido. En 1993, la psicóloga Frances Raucher publicó un artículo en Nature en el que desgranaba los supuestos efectos de esta sonata sobra las capacidades cognitivas de 36 alumnos. Raucher aseguraba que la K448 mejoró los resultados en las pruebas de razonamiento espacio-temporal. El “subidón” cognitivo duraba alrededor de 10 minutos.
La música de este compositor ha protagonizado innumerables discos que supuestamente sirven para obtener diferentes beneficios sobre ele cerebro. Lo llaman El Efecto Mozart, pero salvo por observaciones aquí y allá lo cierto es que no existe ningún estudio firme que pruebe sus supuestos efectos. Dos investigadores del Colegio de Dartmouth han querido no ya probar El efecto Mozart, sino tratar de aislar su mecanismo. ¿Qué ocurre exactamente en el cerebro cuando escuchamos la K448?
Para su prueba, los científicos han monitorizado el cerebro de 16 pacientes hospitalizados con epilepsia resistente a los fármacos normales mientras escuchaban la melodía. Al de 30 segundos de melodía ya detectaron un descenso en las descargas intracraneales epileptiformes.
Al comparar el registro de la actividad cerebral con la melodía, los investigadores descubrieron que los mayores efectos tienen lugar durante las transiciones entre las “frases” musicales de la pieza, que duran alrededor de 10 segundos. El efecto depende del tiempo que los pacientes se exponían a la canción, per aparentemente modula la actividad en el lóbulo frontal, responsable de las emociones.
El estudio por sí solo no demuestra el efecto Mozart, pero sí que las melodías del compositor producen cambios muy específicos en ciertas áreas del cerebro. Haber, algo hay, pero hasta los propios autores del estudio matizan que aún es preciso profundizar en esta investigación para averiguar exactamente cómo funciona esta respuesta del cerebro y qué podemos hacer con ella. [Nature vía Science Alert]