
Un grupo de investigadores que ha analizado detenidamente las imágenes y datos obtenidos por el rover Perseverance en Marte ha encontrado evidencias de moléculas orgánicas en el cráter Jezero, lo que podría servir como prueba de la existencia de ciclos de carbono en el planeta y de su capacidad para albergar vida.
El descubrimiento no es una confirmación de que alguna vez llegó a haber vida en Marte, pero es una señal de que alguna vez existieron las condiciones necesarias para que apareciese la vida tal y como la conocemos. Perseverance ha estado investigando muchos aspectos sobre el planeta rojo, pero el principal de ellos es si Marte tuvo vida o no en el pasado.
Los investigadores encontraron señales de moléculas orgánicas en los diez objetivos que el Perseverance escudriñó con su cámara SHERLOC (abreviatura de “Scanning Habitable Environments with Raman and Luminescence for Organics and Chemicals”). Esta última investigación, que ha sido publicada ahora en la revista Nature, describe las asociaciones orgánico-minerales alrededor del cráter Jezero.
Perseverance ha estado recorriendo el extremo occidental del cráter Jezero desde que llegó a Marte en febrero de 2021. Desde entonces, el rover ha recolectado muestras de rocas que, si nada sale mal, deberían ser enviadas de vuelta a la Tierra a principios de la década de 2030.
Pero Perseverance no solo ha estado únicamente recolectando rocas en el planeta. Los científicos también usan las cámaras a bordo del rover para estudiar el terreno marciano. Las imágenes panorámicas que ha tomado el rover sirven para ver por dónde fluían los ríos de agua líquida en el planeta, mientras que los detalles sacados con la cámara SHERLOC aportan nuevos datos químicos sobre las rocas marcianas.
“Nuestros resultados respaldan las observaciones que han realizado durante misiones robóticas anteriores, que sostienen que el Planeta Rojo alguna vez fue rico en materia orgánica (compuestos hechos principalmente de carbono e hidrógeno), y que parte de ese material orgánico aún se puede encontrar miles de millones de años después”, explicó a Gizmodo el coautor del estudio Joseph Razzell, astrobiólogo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. “Cada detección, cada observación, nos brinda un poco más de información que nos ayudará a comprender la historia de Marte y saber si pudo haber albergado vida en el pasado”.
Además de tomar imágenes, la cámara SHERLOC del Perseverance emplea técnicas de fluorescencia y de espectroscopia Raman, dos métodos para revelar la composición molecular de la roca marciana y la forma en que esas moléculas y minerales se distribuyen por la superficie de la roca. Además de proporcionar datos científicos, estos análisis no dañan la roca durante su escaneo. Eso es particularmente útil puesto que queremos enviar las rocas a la Tierra durante la próxima década.
Si alguna vez llegó a haber vida sobre el cráter Jezero, los científicos creen que es muy probable que estuviese sobre el delta de un río que hay en el borde occidental del cráter. Esto se debe a que los signos más antiguos de vida en la Tierra, unos restos microbianos fosilizados de más de 3500 millones de años de antigüedad llamados estromatolitos, surgieron en aguas poco profundas similares a estas. Si había agua en movimiento en el cráter Jezero y también existían moléculas orgánicas en el suelo subacuático del cráter, es muy posible que este entorno fuese el adecuado para que hubiese surgido vida tal y como la conocemos.

El equipo de investigadores no fue capaz de fechar con exactitud las moléculas que encontraron, pero Hollis dijo que “algunas de las firmas que detectamos que tienen que ver con compuestos orgánicos están asociadas con minerales que se formaron por la alteración del agua hace 3 o 4 mil millones de años”. Los resultados sugieren que un proceso geoquímico más complejo pudo haber estado operando en Marte antes de lo que sugerían los datos existentes hasta el momento, y que al menos algunos componentes básicos para la vida estaban ahí presentes.
Eso sí, estamos aun lejos de poder tener una confirmación irrefutable de que pudo haber vida en el interior del cráter. Como Abigail Allwood, astrobióloga e investigadora del instrumento PIXL de Perseverance, le dijo a Gizmodo en 2021: “Necesitas tener varias escalas de observación que se puedan unir para que podamos formarnos una opinión sobre si esas estructuras fueron ‘biológicas’ o no”.
La reciente confirmación de que hay moléculas orgánicas en el cráter Jezero es solo otra pieza más del rompecabezas. Por supuesto no se trata de una prueba definitiva de la existencia de vida, pero hace que este hecho sea más plausible.
“Como científicos planetarios y astrobiólogos, somos muy cuidadosos al presentar este tipo de afirmaciones”, dijo Hollis. “Primero tendremos que descartar antes de nada las fuentes no biológicas”.
“Estamos intrigados ante estas señales, ya que podrían ser orgánicas y apuntarían a la posibilidad de que los componentes básicos de la vida han estado presentes durante mucho tiempo en más de un lugar de la superficie de Marte”, agregó. “Tendremos que traer estas muestras de regreso a la Tierra para confirmar de manera concluyente la presencia, el tipo y las asociaciones minerales de las moléculas orgánicas antes de poder considerar que son una prueba específica de la existencia de vida en el pasado”.
Así que la mala noticia es que vamos a tener que esperar a que la misión MSR (Mars Sample Return) salga de la Tierra y regrese antes de poder hacernos una idea más definitiva sobre si pudo haber vida o no en el cráter Jezero. La buena noticia, al menos, es que esa posibilidad aun sigue en pie.