Esta semana era, en principio, de celebración en Rusia. Se estrenaba en público el primer dron repartidor del país, un dispositivo de entrega orquestado por el servicio postal en la ciudad de Ulan-Ude, Siberia. Sin embargo, el día terminó accidentado, como el dron que acabó impactando contra una pared.
Rusia había anunciado sus planes para comenzar a entregar el correo a través de drones. Una idea que parecía de lo más inteligente, sobre todo para un país tan grande donde el clima severo a menudo interrumpe la entrega por correo. Con esta idea, se anunció la primera prueba al público para esta semana, un dron valorado en 20.000 dólares que recogía un pequeño paquete y debía entregarlo a un pueblo cercano.
Sin embargo, el dispositivo falló estrepitosamente, y tan solo pudo “cubrir” una distancia de metros antes de estrellarse contra un edificio de tres pisos. De hecho, la pequeña multitud reunida para ver la prueba le dedicó todo tipo de improperios en el momento del accidente.
Por suerte, nadie resultó herido y no causó ningún daño, excepto quizás el orgullo de Rusia. Como le dijo Alexei Tsydenov, el jefe de la región que estuvo presente en la prueba, a Reuters, “no vamos a parar con esto, seguiremos intentándolo. Aquellos que no arriesgan no obtienen resultados”. [Reuters]