Han pasado siete años desde que llegara la última entrega de Star Ocean, primo lejano de Final Fantasy. Y para celebrar el aniversario número 20 de una saga tan grande como esta Square Enix nos prometía una nueva aventura, algo diferente e innovador. ¿Lo cumple? Sí, o al menos en gran parte. Es hora de que hablemos de Star Ocean: Integrity and Faithlessness.
El nuevo juego de la saga además de tener un nombre peculiarmente complicado (y no solo para los de habla hispana) me ha sorprendido gratamente en dos aspectos muy importantes, que podrían considerarse los pilares en un juego jRPG o, básicamente, en la gran mayoría de juegos: su historia y jugabilidad.
Un (corto) viaje por la galaxia
La trama del que a partir de ahora llamaré Star Ocean V, como es conocido de forma no oficial, tiene algunos giros bastante interesantes en lo que al principio parecía ser un jRPG tradicional con historia típica del chico de pueblo pequeño que se convierte en héroe por ayudar a una damisela en apuros con amnesia. Después de apenas un par de horas jugando te das cuenta que no es así, y que hay un universo (literalmente) mucho más grande de lo que pasa en ese pequeño pueblo y esa pequeña nación.
Todo comienza con la llegada del lado más desagradable de la guerra entre dos naciones a los límites del pueblo en el que vive nuestro joven protagonista, Fidel. Él es hijo de un reconocido soldado y guerrero, por lo que tiene grandes zapatos que llenar. Tanto él como su amiga Miki y los habitantes del pueblo hacen todo lo posible por resistir la invasión, y luego se dirigen a la capital a pedir ayuda y más soldados. Pero en el camino se consiguen a una niña llamada Relia, quien sufre de amnesia y tiene poderes misteriosos.
Y aquí se abre un nuevo mundo para los personajes. La guerra que vive su planeta, Faykreed, es irrelevante cuando nos percatamos de que están ocurriendo una serie de acontecimientos en toda la galaxia que se relacionan con esta niña, y debemos rescatarla y tratar de solucionar problemas mucho más grandes que los que vivimos en el pequeño pueblo del pequeño país. Y mucho más importantes.
Y todo parece maravilloso hasta que caes en cuenta de los pequeños (pero importantes) problemas que tiene el juego y la forma en la que se desarrolla. Por ejemplo, Star Ocean V intenta que el jugador siempre sienta que lo que ve en la pantalla es “real”, y para ello descarta casi por completo las cinemáticas tradicionales. En lugar de que la imagen se corte y comience una cinemática al momento de comenzar una conversación vital para la comprensión de la trama, los personajes seguirán caminando de una forma “natural” sin ninguna interrupción con el mismo aspecto que tienen durante todo el juego. O lo que es igual, usando el motor gráfico de siempre.
Esto se traduce en escenas en las que no sabemos quién está hablando ni podemos ver ningún tipo de emoción o expresión facial en los personajes, y aunque las actuaciones de voz son maravillosas (como buen juego de Square Enix), siempre hace falta ver al personaje hablar para entender cómo se siente. Pero en este caso incluso podrás hacerlo mover y caminar mientras habla, lo que resulta en la posibilidad de hacer a Fidel dar vueltas en círculo mientras alguien en la habitación le habla llorando, si así lo deseas.
Es raro, cuando menos. Y hubiésemos disfrutado mucho que existieran más cinemáticas tradicionales para conectar con los personajes de una mejor forma.
El combate es lo mejor del juego
Pero si hay algo en donde no falla Star Ocean V es en su tipo de combate. En este título es de tiempo real con la posibilidad de interrumpirlo para cambiar estrategias, usar objetos y hacer hechizos o usar habilidades. Esto, en una pantalla llena de un caos de colores en la que tu grupo tiene hasta un máximo de siete personajes (sí, SIETE) y todos atacan al mismo tiempo a un jefe final gigantesco o media docena de enemigos.
Y con “caos de colores” me refiero a que es un espectáculo visual, y sencillamente una maravilla. Cada combate en sus aproximadamente 30 horas de campaña (más misiones secundarias) es una delicia de ver y experimentar. Tanto así que si no entendiste alguna conversación por la falta de cinemáticas te olvidarás de ello, no te importará, y solamente querrás matar más bichitos raros usando los poderes mágicos de esa hechicera de ropa a cuadros.
Porque aunque Fidel y Miki son los protagonistas, es posible utilizar cualquiera de los personajes durante el combate, mientras el resto asume un rol diferente y la inteligencia artificial del título lo controla de forma automática. Y cada uno tiene sus propias habilidades, por lo que podrás saltar entre Victor, Fiore y la poderosa Anne, y con cada personaje tener un estilo de juego distinto.
El lado más “RPG” de este juego es un tanto extraño, o más bien diferente. Más que evolucionar a cada personaje por separado tendrás que hacer evolucionar los “roles” y habilidades especiales que ofrece el juego, y los podrás asignar a tu antojo a cada personaje. De hecho, podrás cambiarlos antes de cada combate o calabozo si lo deseas, por lo que las posibilidades de estrategia son muchísimas. Siempre podrás probar algo nuevo.
Star Ocean: Integrity and Faithlessness está lejos de ser perfecto, pero es bastante divertido
Mis problemas con Star Ocean V tienen que ver con los tecnicismos. Me molesta no poder ver bien las emociones que expresan los personajes, me molesta que por ello considere que gran parte de los NPC son aburridos y vacíos, y me molesta que para ser un juego que se basa en los viajes espaciales su mapa se siente relativamente pequeño y sus misiones secundarias repetitivas.
Pero esos son los detalles, y aunque es cierto que los detalles son los que hacen grande a una obra, en el caso de Integrity and Faithlessness la experiencia completa satisface. No es un juego perfecto, pero sí que es bastante divertido. Es una historia que mezcla la fantasía con la ciencia-ficción como solo Star Ocean ha sabido hacer en el mundo de los videojuegos por dos décadas, y tiene un combate que logra que no huya de ningún enfrentamiento, ni siquiera de los más básicos en medio del camino a un calabozo.
Lo bueno:
- La historia. Fantasía y ciencia-ficción de la mano con muchas sorpresa.
- Los personajes. Los protagonistas son simpáticos y tienen historias interesantes.
- El combate. Es adictivo, dinámico y siempre puedes hacerlo diferente gracias a su sistema RPG basado en los roles de los personajes. Al enfrentarte con hasta 7 personajes en tu grupo es un espectáculo visual de colores.
- La actuación de voz. Tanto en japonés como en inglés es maravillosa.
Lo malo:
- No hay casi cinemáticas y al momento de una escena de puro diálogo el juego te confunde y no conectas con los personajes como deberías.
- El mapa se siente pequeño para un juego basado en la exploración espacial.
- Aunque el diseño de los escenarios en las ciudades y calabozos suele estar a la altura de un juego en el 2016, el apartado visual en los campos y las zonas a la distancia deja mucho que desear.
- Muchas de las misiones secundarias son repetitivas.
¿Merece la pena?
Sí, tanto si eres fanático de la franquicia como si no. Y si te gustan los juegos jRPG, también. En general es una entrega que todo el que haya disfrutado de la saga Star Ocean debería jugar y ver cómo la historia de este universo sigue completándose. Pero por otro lado si nunca has jugado un Star Ocean también es un buen punto de entrada, sobre todo porque está hecho como para que cualquiera pueda disfrutarlo.
Pero ten en cuenta que no es un juego perfecto, y que aunque su jugabilidad es muy divertida y cumple con todo lo que espero del género, el hecho de que no pudiera conectar bien con los personajes hizo que no me enganchara tanto como me gustaría que lo hubiese hecho, que no me terminase de envolver en ese universo. Pasé un muy buen rato (de aproximadamente 30 horas), pero quedé con ganas de conocer más.
Quizás con alguna expansión se cumpla mi deseo.
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