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Esta comparación del tamaño de los agujeros negros te hará reconsiderar la palabra supermasivo

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Cuando Einstein desarrolló su teoría de la relatividad, reparó en una anomalía. Según sus ecuaciones, debía existir una singularidad en el espacio tiempo. Einstein nunca pensó que aquella posibilidad fuera real. Hoy sabemos que existe, la llamamos agujeros negros y su tamaño te dejará sin aliento.

La lógica que hoy define a los agujeros negros se la debemos al físico alemán Karl Schwarzschild, que trabajó precisamente sobre un aspecto de la teoría de la relatividad de Einstein: la velocidad de escape. Schwarzschild se dio cuenta de que la velocidad necesaria para superar el tirón gravitacional de un objeto depende de su masa y de su radio. La velocidad de escape de la Tierra, por ejemplo, es de 11,2 kilómetros por segundo. Escapar de la Luna, sin embargo, es mucho más sencillo. La nave que lo intente solo necesita superar los 2,4 km por segundo.

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Si un objeto tiene demasiada masa y muy poco radio, su velocidad de escape se incrementa de tal manera que alcanza la de la luz. En ese momento es cuando tenemos una singularidad o agujero negro. Para calcular el punto a partir del cual un objeto se transforma en una de estas singularidades se calcula el denominado Radio de Schwarzschild, que suele coincidir con el horizonte de sucesos en los agujeros negros esféricos y estáticos. Para convertir la Tierra en un agujero negro, por citar una referencia, habría que comprimir su masa hasta el tamaño de un cacahuete.

Ese es precisamente el concepto con el que juega el vídeo de morn1415. El clip detalla alguno de los agujeros negros que conocemos, y su masa en soles. Este otro vídeo de Harry Evett detalla el tamaño de más de estos monstruos incluyendo TON 618, uno de los agujeros negros ultramasivos más grandes que se conocen, con 66.000 millones de veces la masa del Sol.