En mayo un grupo de pescadores en Países Bajos descubrieron una marsopa de dos cabezas (Phocoena phocoena). El pequeñín estaba muerto, por lo que los pescadores tomaron algunas fotos y lo devolvieron al océano para evitar meterse en problemas. Lo que no sabían era que habían encontrado el primer caso de marsopa siamés en la historia.
Investigadores de la Universidad de Róterdam, Países Bajos, están examinando las fotos para estudiar a la criatura y conocer más acerca de este caso tan inusual. Aunque la marsopa es uno de los cetáceos más comunes de las aguas del noroeste de Europa, esta condición (el tener dos cabezas) es algo muy inusual en cualquier especie. El equipo de investigadores cree que esta marsopa siamés no sobrevivió mucho tiempo después de que nació, dado que su aleta dorsal todavía no se había erigido y que tampoco se habían caído los pequeños pelos en la parte superior de su cabeza. Esto es evidencia de que murió muy rápido después de nacer.
“Este es el primer caso de siameses en un Phocoena phocoena, el cuarto caso conocido de un miembro de una especie de cetáceo con dos cabeza y el décimo caso conocido de siameses en alguna especie de cetáceo”, aseguran los investigadores. Su estudio ha sido publicado en Deinsea.
No hay mucha información acerca de lo que produce la formación de siameses en los cetáceos. En el caso de los humanos, los siameses no son más que gemelos que se encuentran unidos físicamente los unos a los otros. Normalmente los gemelos idénticos se forman al separarse el embrión después de la fertilización, pero en el caso de los siameses el proceso de separación se ve interrumpido antes de que ha sido completado.
Esperemos que el caso de esta pobre marsopa permita descubrir más información acerca de los siameses en especies cetáceas. Mientras tanto, descansa en paz pequeña marsopa bebé, es una lástima que apenas pudimos conocerte. [Deinsea]