Como fan de Star Wars, es raro admitir esto: no me gustan mucho los Jedi o los Sith. Dominan el mundo de Star Wars demasiado y siempre cuentan la misma historia. Cuéntame algo sobre un piloto, un contrabandista o cualquier otro. Pero por favor, no me hables de otra persona con una conexión a la Fuerza y una espada. Aún así, el nuevo corto de Star Wars: Galaxy of Adventures me ha hecho temblar de emoción.
El último corto de la serie animada encantadora no se centra en un personaje específico o en un momento de las películas, sino en una narrativa, probablemente la más importante en la saga Skywalker: el ascenso y la caída de los Jedi y los Sith. (Recordemos que podremos ver otro ascenso a finales del año).
No sé por qué me gusta. Quizá es por la animación energética que hace que quiera una película entera de estos cortos. Quizá son las transiciones elegantes entre los momentos de las películas. Quizá se debe a mi niño interior, que nunca podrá superar su fascinación por las increíbles espadas láser, aunque la parte crítica de mí siempre se pondrá de parte de Han Solo y afirmará que los Jedi y los Sith y su religión cursi no pueden combatir contra un blaster (a quién engañamos, Han, son espadas láser, por supuesto que son mejores). Quizá es todo aquello.
No obstante, seguiré pensando lo que siempre he pensando, que es hora de dejar que el pasado muera, y que los Jedi y los Sith no deberían entrar en su típica batalla perpetua. Deberían ser arrasados y reconstruidos fundamentalmente (te amo, The Last Jedi, que bonita eres). Pero cada vez en cuando, me emocionaré al ver los guardianes de las viejas repúblicas y las amenazas fantasma que les vigilan desde las sombras peleando en una batalla en el espacio. Bueno, siempre que tenga buen aspecto, claro está.
A fin de cuentas, todo es voluntad de la Fuerza.