Hace casi dos años, un profesional de limpieza hizo el que probablemente fue el hallazgo de su vida en el sótano de una casa en Pittsburg. Encontró dos enormes computadoras IBM de la NASA y 325 cintas magnéticas con datos perdidos de misiones llevadas a cabo por la agencia entre 1961 y 1974.
La historia de este peculiar hallazgo se desarrolló en secreto entre 2015 y 2016, pero la NASA ha tenido que hacer público el expediente tras una reciente solicitud amparada en el Acta de Libertad de Información (FOIA). Lo cierto es que es uno de esos casos que tiene tantos puntos oscuros que da perfectamente para guión de un thriller de suspense.
La casa pertenecía a un antiguo ingeniero de la NASA que trabajó en la oficina que la agencia tenía en Allegheny, Pensilvania, entre los años 60 y 70. El empleado, del que no han trascendido nombre ni apellidos, solicitó quedarse con dos computadoras que iban a ser retiradas en algún momento entre 1968 y 1972, y la NASA le dio el visto bueno. Los equipos tienen el tamaño de armarios y llevan placas identificativas de la NASA, motivo por el cual el encargado de limpiar la casa de trastos decidió ponerse en contacto con la agencia para evitar meterse en líos.
Tras una breve comprobación, la NASA le contestó que podía quedarse las computadoras, pero se mostró especialmente interesada en las cintas. Después de examinarlas, la agencia descubrió que se trata de registros de misiones como las Pioneer 8, 9, 10, las misiones Helios 1 y 2, o el lanzamiento del satélite Intelsat. Este es el resumen del archivista de la NASA encargado del caso:
Llevé a cabo un análisis preliminar del material el 10 de diciembre de 2015. Ese análisis confirma que hay 325 rollos de cinta magnética de 35 mm de diámetro con cinta de 12mm y caja de metal. Las cintas magnéticas están en muy mal estado y casi todas tienen moho moderado o severo que supone un riesgo para la salud. La mayor parte de las cintas no están etiquetadas, pero parecen contener datos técnicos de misiones entre 1961 y 1974. El análisis final de las cintas, llevado a cabo en abril de 2016 revela los siguientes contenidos:
PN8 [Pioneer 8]: 1 rollo
PN9 [Pioneer 9]: 2 rollos
PN10 [Pioneer 10): 40 rollos
PN11 [Pioneer 11]: 53 rollos
HELl [o] HEL-A [Helios 1]: 10 rollos
HESA [posiblemente Helios A]: 2 rollos
Intelsat IV: 2 rollos
Sin identificar: 215 rollos
El archivista añade en su informe que las cintas estaban en muy mal estado de conservación y que probablemente no contienen información relevante desde el punto de vista histórico. En vista del elevado coste de tratar de repararlas para extraer los datos, el técnico termina solicitando su destrucción.
La parte más rara de este peculiar hallazgo es que las computadoras llevan grabado un número de contrato (NAS5-2154), pero la agencia no tiene en sus registros ningún documento alusivo a ese contrato. Tampoco queda claro cómo es posible que a un ingeniero se le permita llevarse todo ese material sin poner ninguna pega. La NASA ha declinado hacer comentarios sobre el caso más allá del expediente hecho público. [NASA OIG vía Ars Technica]