Al gigantesco iPad Pro de Apple se le supone (se le supone) que puede ser un buen reemplazo para un portátil. Sin embargo, y como se ha señalado ya hasta la saciedad, todavía no está del todo listo para tal tarea. Yo he hecho justo lo contrario, tomar la parte de “iPad” y dejar la parte de “Pro”. Y me ha gustado.
Muerte al “ampliar con los dedos”
El tamaño del iPad Pro no es para todo el mundo. Del mismo modo que no era para todo el mundo cuando Samsung presentó su Samsung Galaxy Note Pro de 12,3 pulgadas. Ser “grande” no es precisamente una idea nueva. La cuestión es que incluso comparado contra un tablet bajo lo que hasta hace poco se consideraba normal, las 9,7 pulgadas del iPad Air 2, lo raro que este resulta puede que provoque que quieras mantener la distancias ante tal monstruosidad.
Para mi sorpresa, y a pesar del tamaño, diría que el iPad Pro es el iPad que te interesa si lo que quieres es usarlo exclusivamente como una gran tablet. Y voy a explicar por qué.
iOS 9 está diseñado para funcionar mejor con pantallas más grandes. Aunque algunas de la novedades de iOS 9 funcionan genial con el iPad Air 2 y el iPad mini 4, como Picture-in-Picture y la multitarea, ambas funciones mejoran muchísimo cuando las pasas a una pantalla mayor. Si quiero ver el debate político de la semana pasada mientras juego a Hearthstone, por ejemplo, puedo hacerlo sin perder mucho detalle de ninguna de las deos aplicaciones. ¿Necesito enviar un email rápido mientras estoy leyendo un cómic a pantalla completa? También, sin problema.
No quiero implicar de manera apresurada que las posibilidades de la multitarea son perfectas, de hecho tienen todavía muchísimo espacio para la mejora. Aplicaciones como Netflix todavía tienen que implementar el picture-in-picture y la multitarea completamente funcional está reservada de momento a las aplicaciones de Apple prácticamente en exclusiva. La promesa está ahí, con todo, y en una pantalla así de grande se vuelve una promesa si cabe mucho más atractiva.
La pantalla no es lo único que convierte al iPad Pro en un iPad mejor que todos los que le han precedido. Tiene además mejores altavoces, cuatro de ellos, que crean un sonido mucho más rico bien estés escuchando música o viendo una serie en Netflix. Sigue siendo bastante incómodo colocar la tableta de manera apropiada durante un periodo prolongado de tiempo, a menos que compres un stand, pero la pantalla y el sonido nunca habían sido mejores.
Lo que más me gusta con diferencia del iPad Pri es leer. En una época donde la mayor parte de medios se han pasado al formato digital, el iPad Pro es la máquina de lectura más versátil que existe. Leer cualquier cosa en un smartphone requiere ampliar con los dedos el contenido. En un iPad de 9,7 pulgadas la experiencia mejora bastante pero sigue siendo imperfecta, especialmente cuando el texto no puede ajustarse. En el iPad Pro, en cambio, la experiencia es gloriosa.
Trabajar en medios digitales con un pasado escribiendo para revistas y con un amor crónico por los cómics, la manera en la que se presenta el contenido tiene muchísima importante para mí. El iPad Pro preserva con precisión contenido que fue hecho para ser visto y leído, directamente. No tuve que hacer zoom ni una sola vez para leer algo mejor o apreciar un detalle. Preserva la experiencia de, simplemente, coger una revista, libro o cómic y leerlo tal cual.
En este sentido, el iPad Pro es el dispositivo perfecto si te encanta la experiencia de leer medios pero físicos pero dando un paso en firme en la era digital.
Los contratiempos
No todo son cosas positivas, especialmente con una pantalla tan grande. Algunas de las aplicaciones de momento no han sido optimizadas para una pantalla tan grande. No es un problema permanente, por supuesto, porque en algún momento la mayoría ese actualizarán, pero es posible que encuentres algún que otro error solo por el hecho de ser un early adopter.
¿Por qué haces esto, Spotify?
Puesto que las aplicaciones no han sido perfeccionadas para la pantalla, hay problemas de resolución aquí y allá. Usar Apple News es un ejemplo perfecto: en general, la aplicación funciona MUCHO mejor que en un iPhone. Sin embargo, la pantalla más grande hace que las imágenes de resolución extraídas de otras páginas web se vean todavía peor. Algunos de estos problemas aparecen también en las aplicaciones y a menudo los controles de la interfaz se ven como si simplemente se hubiesen aumentando de manera irregular.
El mayor inconveniente aquí es que el iPad Pro no incluye una pantalla de inicio convenientemente adecuada para su tamaño. Los iconos de aplicaciones están muy distanciados en la inmensidad de la pantalla, dejando tras de sí un cantidad de espacio negativo que resulta abrumadora. Al final te acabas acostumbrando, pero parece algo a lo que Apple debería prestar atención más pronto que tarde.
Otro de los problemas más obvios del iPad Pro se debe simplemente a la ley de la física. Las tablets están pensadas para la movilidad, menos abultadas que un portátil pero más que el teléfono que tienes en tu bolsillo. El iPad Pro se mueve en la fina línea que divide a un gran compañero de viaje portable y eficaz de una gran molestia. En Nueva York, voy en metro todos los días hasta el trabajo. Debido a ello, ya tengo mochilas listas para transportar un portátil de 15 pulgadas sin problemas, así que meter en su lugar un tablet de 12,9 pulgadas que encima es más delgado no ha supuesto ningún problema. Que nadie lo ponga en duda: es un aparato grande y puede llegar a cansar el hecho de sostenerlo durante bastante tiempo, pero los pros acaban pesando más que los contras.
¿Cómo es realmente usarlo?
Sorprendentemente, acabó por gustarme más que el iPad Air 2. El Air siempre se ha movido en ese terreno incómodo donde es demasiado pequeño pero también demasiado grande para sostenerlo en la mano durante un periodo prolongado de tiempo. El iPad Pro en cambio es bastante sencillo de manejar porque va a por todas, sin complejos: es grande, simple y pesado. Al final te acabas acostumbrando a sujetarlo como una carpeta de toda la vida, realmente porque no hay otra manera más apropiada de hacerlo.
Cada uno tendrá sus sentimientos particulares a este respecto, así que lo mejor es que lo pruebes bien y con calma en una Apple Store antes de realizar cualquier tipo de compromiso económico con el dispositivo.
¿Go Pro?
El iPad Pro, como tableta, es genial, como máquina de productividad es simplemente aceptable. No va a sustituir a tu portátil, no para la mayoría de usuarios, todavía vive en ese terreno como “dispositivo supletorio”, algo que puedes querer pero no obligatoriamente necesitar.
En su nivel más básico, el iPad Pro es un dispositivo multifunción, como siempre lo ha sido. Simplemente es mejor que los anteriores. Para las personas que consumen revistas sin cesar, libros, cómics, para los que quieren reducir el número de árboles talados en forma de libro que entran en sus casas, para esos, el iPad Pro puede suponer un ahorro considerable de dinero.
Hay que tener en cuenta que también estás gastando dinero en la promesa de un iPad Pro. Especialmente si iOS 10 trae al sistema todavía más funciones dedicadas a la productividad y los desarrollares continúan adaptando sus interfaces a la pantalla más grande.
Con un precio inicial de $800 dólares, el iPad Pro es demasiado caro para la mayoría de personas si únicamente va a ser un dispositivo de lectura. Si crees además que lo usarás como plataforma para dibujar o bocetar, quizá tenga un poco más de sentido. Y si realmente quieres introducirlo de lleno en el ámbito de la productividad ya sea como un cuaderno de apuntes o como un portátil bajo costo, estás simplemente a un Apple Pencil y a un Apple Keyboard de distancia para conseguirlo.
Y muero de ganas por ver hacia dónde va a llevar Apple todo esto.
Imágenes y GIFs de Michael Hession
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