La historia del agujero de taladro hallado en la Estación Espacial Internacional se complica. Después de casi un mes de investigación, el director de la Agencia Espacial Rusa, Dmitry Rogozin, ha descartado que el orificio fuera un error realizado durante la fabricación del módulo ruso Soyuz MS-09.
Todo comenzó a finales de agosto de este mismo año. La tripulación de la Estación Espacial Internacional descubrió una fuga de aire en el famoso laboratorio en órbita. No tardaron mucho en encontrar el origen, un diminuto agujero de 2mm de diámetro en la pared de la sección del módulo de transferencia a la cápsula rusa Soyuz MS-09.
El agujero fue prontamente parcheado sin que hubiera riesgo para la vida de la tripulación, pero la gravedad del incidente provocó un cruce de veladas acusaciones entre Rusia y Estados Unidos. Desde los medios rusos se llegó a sugerir que el agujero lo había hecho un astronauta en órbita. Desde Estados Unidos se apuntaba a un defecto de fabricación en algún punto de la línea de producción de Energia, la compañía rusa que fabrica las Soyuz. El hecho de que la NASA retirara la foto del agujero (en portada) el poco de publicarla no ha ayudado a despejar la cuestión.
Rusia no se tomó nada bien las insinuaciones de que uno de sus operarios había podido cometer semejante error, así que Dmitry Rogozin se comprometió a abrir una investigación sobre lo que, a su juicio, era “una cuestión de honor”.
Los resultados de esa investigación ya están aquí, y descartan que haya sido un defecto de fábrica. La NASA se ha apresurado a emitir un comunicado en el que apuntan que el hecho de que no se trate de un defecto de producción no significa que haya sido el producto de una acción deliberada o malintencionada.
De hecho, la propia Roscosmos reconoce que, aunque han descartado la línea de producción, no saben cómo o cuándo se practicó el orificio. Ese es el trabajo de una segunda comisión de investigación en la que también participarán expertos de la NASA. [vía Science Alert]