
Los libros de texto nos enseñan que en nuestro Sistema Solar hay 8 planetas oficiales y otros 5 de los considerados planetas enanos. Desde hace décadas, los astrónomos debaten sobre la existencia de un planeta desconocido de gran tamaño. Sú búsqueda es la búsqueda del escurridizo Planeta X.
CorrĂa el año 1846. El astrĂłnomo francĂ©s Urbain LeVerrier descubrĂa una serie de extrañas perturbaciones en la Ăłrbita de Urano. Siguiendo el origen hasta la causa de estas perturbaciones descubriĂł un nuevo planeta: Neptuno.

El astrĂłnomo aficionado Percival Lowell. Foto: Joe Haythornthwaite / Wikimedia Commons
Advertisement
Al cabo de unos años, los astrĂłnomos descubrieron que Neptuno tambiĂ©n tenĂa unas perturbaciones inexplicables en su Ăłrbita y asumieron que tambiĂ©n se debĂan al efecto gravitatorio de un planeta en una Ăłrbita más allá. HabĂa comenzado la bĂşsqueda del Planeta X. El primero en acuñar ese tĂ©rmino fue Percival Lowell. Este millonario estadounidense y entusiasta de la astronomĂa se pasĂł su vida persiguiendo ese descubrimiento, pero falleciĂł sin lograrlo.
El primer hallazgo del Planeta X
La ironĂa es que Lowell sĂ que logrĂł encontrar el Planeta X, pero no se dio cuenta de su presencia en las fotografĂas que tomĂł. La bĂşsqueda del esquivo astro se prolongĂł hasta 1930. Ese año, Clyde William Tombaugh logrĂł por fin localizar un objeto que explicaba las perturbaciones en la Ăłrbita de Neptuno. Lo llamaron PlutĂłn.
Advertisement
Al principio, se creĂa que el Planeta X debĂa ser tan grande como la Tierra para causar esas perturbaciones, pero PlutĂłn tiene mucha menos masa. De hecho, tiene tan poca que no afecta a Urano en absoluto. En 1992, nuevos datos aportados por la sonda Voyager sirvieron para recalcular la masa de Neptuno a la baja y de paso explicar las perturbaciones.
La bĂşsqueda del Planeta X se basĂł en un error de cálculo, pero fue el aliciente para que los astrĂłnomos descubrieran un planeta enano que, como hoy sabemos por la New Horizons, tiene una orografĂa y una geologĂa realmente fascinantes.

Advertisement
Representación gráfica de objetos transneptunianos. Wikimedia Commons
Y no solo eso. La búsqueda de un planeta masivo en los confines conocidos del sistema solar continuó. Gracias a ella hemos descubierto varios planetas enanos más como Eris, Makemake o Haumea. Todos ellos se engloban hoy bajo la denominación de Planetas Transneptunianos y no están solos. Forman parte de un poblado cinturón de objetos de pequeño tamaño llamado cinturón de Kuiper.
Nuevas hipĂłtesis
La idea de un planeta misterioso en los confines de nuestro Sistema Solar resulta tan atractiva que ha dado pie a todo tipo de teorĂas. Algunas entran de lleno en el terreno de la pseudociencia como la postulada por el ufĂłlogo Zecharia Sitchin, que asegura que existe un planeta errante llamado Nibiru que es hogar de una poderosa raza alienĂgena. La hipĂłtesis está basada en supuestas traducciones de textos babilĂłnicos y no tiene ninguna consistencia cientĂfica.
Advertisement

RepresentaciĂłn artĂstica de auroras boreales en una enana marrĂłn.
Una idea algo más seria, pero igualmente descartada por los astrĂłnomos es la denominada hipĂłtesis NĂ©mesis. SegĂşn sus autores, el Planeta X es en realidad una estrella oscura (probablemente una enana marrĂłn) que orbita a la altura de la nube de Oort y convertirĂa a nuestro Sistema Solar, de existir, en un sistema binario. Otros, como John Matese, trabajan sobre la idea de que en realidad ese objeto en la nube de Oort no sea una estrella sino un gigante gaseoso llamado Tyche.
Advertisement
Los candidatos más recientes
Aunque los datos actuales no permiten sustentar la idea de un planeta masivo más allá de PlutĂłn, lo cierto es que su bĂşsqueda ha servido para conocer mucho más sobre nuestro Sistema Solar. A comienzos de diciembre de 2015, la bĂşsqueda del Planeta X se avivĂł gracias a un estudio publicado por astrĂłnomos suecos y mexicanos. En ese estudio, los investigadores han avistado dos nuevos objetos, uno de ellos ya ha sido bautizado como Gna en honor a una diosa de la mitologĂa nĂłrdica. El otro aĂşn no tiene nombre.
Ambos objetos han sido avistados dos veces, mediante el radiotelescopio ALMA de Chile, pero no hay datos suficientes como para confirmar ni su tamaño ni su distancia respecto al sol. PodrĂan ser falsas alarmas o, de confirmarse, unirse a la creciente familia de asteroides de gran tamaño que conocemos en el cinturĂłn de Oort. Puede que algo como el Planeta X con el que soñaba Lowell nunca aparezca, pero mirar al cielo ha demostrado ser una fuente inagotable de sorpresas y de descubrimientos.
Advertisement
Portada: RecreaciĂłn artĂstica de un planeta más allá de PlutĂłn. Foto: JPL / Caltech
Más información:
- Astronomers Skeptical Over “Planet X” Claims (Scientific American)
- A Brief History of the Hunt for Planet X (Smithsonian)
Advertisement
***
Psst! también puedes seguirnos en Twitter y Facebook :)