Imposible no querer a Koko, quién además demostró un amor incondicional por los gatitos. Precisamente con un vídeo sobre ello queremos dar un sentido homenaje a la gorila. De todas las secuencias y encuentros captados por los humanos, posiblemente el día que demostró el tamaño de su corazón ocurrió en los años 80.

Advertisement
Advertisement

Su conexión con un gato adoptado que llamó All Ball fue noticia en 1984. Ese año, Koko experimentaba la muerte del que veía como su pequeño compañero y amigo. Cuando la gorila se enteró de que su querida mascota murió atropellada por un automóvil demostró ser una de las criaturas más alucinantes del planeta. Preparen un pañuelo a mano:

Gato, llora, lo siento, Koko, amor...

Las señales que había aprendido durante toda su vida cobraban vida en una secuencia histórica, vibrante y extremadamente triste. Aquel día Koko lloró desconsoladamente por la pérdida de su compañero. Y hoy es el turno de todos nosotros por llorar la pérdida del primate no humano que demostró ser mejor que muchos humanos.